El cuidado del césped natural requiere distintas tareas de distinta periodicidad de las que depende de manera directa su estado; en ese punto, entran en juego los fertilizantes para césped.
Por supuesto, el riego es la más común y habitual, también el corte de las briznas cada cierto tiempo, pero hay otras mucho más esporádicas pero fundamentales. Es el caso de la fertilización.
Para definirlo de una manera rápida y gráfica se viene a corresponder con los minerales y vitaminas que necesita el cuerpo humano para sobrevivir.
En cuanto a su función, es un componente imprescindible para evitar enfermedades del césped, su coloración amarillenta y equilibrar los nutrientes.
Con carácter general, los tres elementos que incorporan son:
Una muy buena opción para jardines de pequeño tamaño por la capacidad del saco y el buen resultado que ofrece en el mantenimiento del césped.
Su reducido peso (5 kilos de fertilizante) implica a su vez un precio igualmente económico, aunque, como hemos apuntado, cunde poco, aunque es práctico para jardines de chalets convencionales.
Lo suficiente, en todo caso, si se trata una superficie de unos 200 m2.
Siempre con el margen propio que implican estos procesos en función de la cantidad que se eche.
Eso en cuanto al aspecto cuantitativo. En el cualitativo hay que señalar su alta eficiencia en la prevención de enfermedades y en la aparición de hongos que dejan de tener alojamiento con este producto.
En cuanto a presentación, el grano resulta más bien fino y el formato, tipo pienso de mascota, permite guardar lo que sobre en un espacio más pequeño que si viene en cubo.
Una opción que exhibe como principal atractivo su composición cien por cien natural.
También en presentación de microgramos, aunque de capacidad mucho mayor con un precio asequible para la cantidad que ofrece (25 kg).
Entre las cualidades más apreciadas de este producto están la rapidez en su eficacia y el óptimo tono verde que da tras su aplicación.
Además de la potenciación cromática, también conlleva una mayor fortaleza de la superficie vegetal y su densidad.
Otro de los aspectos positivos a tener en cuenta es que resulta inofensivo para animales y plantas y que no provoca quemaduras.
Se trata de un abono que es muy fácilmente absorbido y que, a su vez, facilita la retención de líquidos y, por ende, redunda en un ahorro de agua.
Como ya hemos señalado en la introducción, el otro tipo de presentación de este tipo de productos es en líquido.
En este caso, un recipiente de un litro con su correspondiente pieza para enganchar a la manguera.
Una capacidad de fertilizante que, según el fabricante, cunde para unos 300 m2 de superficie.
Una vez instalado de manera correcta, sin duda la gran ventaja de esta alternativa sobre la de grano es la comodidad ya que se abona al tiempo que sale el agua mezclada con el líquido fertilizante.
En poco más de una semana, la mejora ha de ser ya visible. Por precio se trata de un fertilizante muy asequible.
De vuelta al abono granulado y de mayor capacidad con su saco de 25 kg a un precio muy asequible como es común en esta gama de productos.
Se trata de un fertilizante de acción lenta y prolongada.
Como hemos indicado en la introducción se definen por dosificar los nutrientes en función de las necesidades de la superficie vegetal y actúan en una horquilla de entre ocho y doce semanas.
Otro de los aspectos a destacar es que cunde bastante (siempre que se disemine de manera correcta) ya que, en términos aproximados, puede cubrir hasta superficies de unos 800 m2.
En cuanto al aspecto externo, cerramos con un producto envasado en formato cubo de cinco kilos de peso y de microgránulos.
Una de las cualidades más señalada sería la larga duración de su eficacia en el césped que puede estar en torno a los tres meses.
En todo caso, los beneficiosos efectos se pueden percibir en apenas un par de días.
La homogeneidad en el crecimiento es otro aspecto positivo a sumar en esta alternativa.
Según su presentación podemos distinguir:
Se suelen mezclar con agua a través de aplicadores específicos o sistemas de riego. La aplicación puede variar entre dos o tres semanas.
A su vez, este tipo de fertilizante puede ser de liberación lenta que dosifica los nutrientes en función de las necesidades de la superficie vegetal.
Por tiempo, algunos operan más o menos ocho semanas (los de capa de azufre) y otro, los recubiertos de base de polímero, pueden llegar hasta las doce.
También hay otros tipos que se diferencian por conjugar su acción herbicida con la nutriente.
A su vez pueden ser:
Por estaciones, es muy aconsejable abonar el césped en primavera y otoño para que aumente el vigor en estos dos periodos fundamentales.
No quiere decir que en invierno y verano no sea necesario, que lo es, aunque son periodos con el desarrollo vegetativo más lento.
En resumen, el consejo de los expertos en estos procesos pasa por llevar a cabo cuatro ciclos de fertilización distintos durante el año con diversas sustancias que se adecúen a las necesidades del césped en cada estación.
De este modo, la primavera y el otoño demandan un fertilizante de naturaleza mineral y orgánica de alta calidad.
Como matiz específico, el nitrógeno resulta fundamental para el crecimiento.
En verano e invierno, todo es similar excepto la recomendación de que el potasio sea el componente principal ya que es bueno para minimizar el estrés térmico.
Aportamos algunas recomendaciones generales para la correcta ejecución del proceso:
Última actualización el 2024-04-27 at 17:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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