Hay muebles que pueden estar más o menos de moda, pero que sobreviven por encima del tiempo y hacen de su clasicismo un plus añadido.
Es el caso de los sillones orejeros.
En sus orígenes, hay que remontarse al siglo XVIII, la función que cumplían los salientes laterales que son su seña de identidad era proteger del frío.
Aunque no sea el verano su estación más propicia siguen estando presentes en muchos hogares como elemento de descanso y decorativo.
La definición más académica describe al sillón de orejas como una butaca tapizada con unas orejas o alas que salen del brazo y se unen al respaldo en un ángulo de 90º o superior.
Este aditamento tan característico sirve, por ejemplo y de manera prioritaria, más que para proteger del frío como era su función originaria, para dar una cabezada con garantías de contención.
Hay muy distintas opciones entre las que destacamos:
En cuanto a las opciones de tapizado señalamos las que siguen:
Mucho más variados que los tipos. Por agrupar algunos:
Como referencia genérica su asiento está entre 70 y 75 cms de profundo, 45 cms de ancho y 100 cms de alto. Como es obvio hay variaciones.
Madera de calidad como alternativa más aconsejable.
Aunque está muy definido ya hemos señalado que, dentro de las líneas generales, hay variaciones en el tamaño de las orejas o en la configuración del respaldo.
Imprescindible que sea de calidad para asegurar la comodidad, requisito fundamental para estos productos. Como referencia, por encima de 30 kg de densidad.
Tienen su importancia ya que si tienen una altura adecuada (en torno a los diez centímetros, más o menos) se podrá limpiar mejor debajo y podrán penetrar los modernos robots de limpieza.
También resulta un complemento importante su tamaño y densidad para que sea más o menos cómodo.
A gusto del usuario. Por opciones no va a ser, ya que las hay en gran número tanto de tejido como de motivos de estampación.
No es la ligereza una de sus características más acusadas, pero hay margen para comprar uno menos pesado si se va a mover de un lado a otro.
Hemos optado como opción líder por un sillón orejero de estilo clásico en el que convergen distintas cualidades que justifican su posición. En síntesis, unos materiales de calidad, comodidad y ajustado precio.
El desarrollo de estas cualidades se concreta en la combinación de materiales en su estructura como la madera de pino y de haya maciza, en el caso de las patas, y el acero aleado para determinadas piezas.
En el caso del tapizado se elige el poliéster con revestimiento antimanchas. A estas características prácticas suma una más que notable estética y un tacto muy agradable.
En cuanto al relleno incorpora en el del asiento uno de 25 kilos de densidad que proporciona una correcta comodidad al sentarse.
En cuanto a sus medidas, tiene una altura de 102 cm, una anchura de 76 cm y una profundidad muy similar de 75 cm. En cuanto a peso no resulta demasiado ligero por sus materiales y se sitúa en los 30 kilos.
Pasamos a una de las variantes mencionadas en el apartado de tipos como es el sillón orejero con balancín incorporado en la base inferior. Una alternativa que resulta altamente confortable en general e ideal como asiento de lactancia.
La estructura recurre a la madera de pino con el poliéster como tejido elegido con tratamiento antimanchas que facilita mucho la limpieza.
Una de sus bazas más destacada es la ergonomía de diseño y su comodidad gracias al relleno del asiento y a unos muelles de rápida recuperación.
Se distribuye en cuatro colores (beige, gris, mostaza y salmón) con unas medidas de 101 x 78 x 78 cm y un peso de también unos 30 kilos.
Nos salimos del clasicismo con este modelo adscrito a los que hemos denominado en forma de ‘uve’ por la forma de su respaldo.
En este caso concreto se trata de un sillón con reposapiés de estilo vintage minimalista y a precio interesante por sus características y estética.
Destaca en su diseño la notable longitud de las patas tanto en el caso del sillón como del complemento del reposapiés.
Respecto al revestimiento opta por el terciopelo que, junto a su color, potencia su vistosidad, si bien el asiento tiene menos densidad que otros modelos convencionales que resultarán más cómodos.
Si se quiere un sillón discreto está no es la opción, pero sí se quiere uno llamativo y cómodo resulta una alternativa muy interesante.
Un color que no pasa desapercibido (también susceptible de mancharse más) para un sillón que cuenta como reclamo más atractivo que se puede reclinar hasta casi tumbarse totalmente.
La estructura está conformada con metal y madera contrachapada que le dotan de una notable estabilidad y resistencia.
En el caso del tejido se opta también por el poliéster con un relleno de espuma aceptable para el asiento y un precio en la media de esta gama de reclinables.
Al igual que en el anterior caso, un sillón nada sobrio en este caso no por el color, sino por el estampado ‘Patchwork’ que ya hemos referido en la introducción.
Muy llamativo de estética, sólido de estructura, hecha de madera de pino, óptimos acabados y más que correcto relleno que le dota de una estimable comodidad.
La madera de las patas es de haya maciza y tiene unas medidas de 102 cm de altura, 76 cm de anchura y 75 cm de profundidad.
Última actualización el 2024-05-15 at 17:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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