Ir de acampada con un toque vintage y, a su vez, con un utensilio que resulte práctico está al alcance de las lámparas de aceite que nos ocupan.
Sin ser tan útiles como las anteriores hay otra gama que, sin embargo, son un llamativo elemento decorativo.
De las aquí seleccionadas situamos en cabeza un farol muy adecuado para acampada de la marca Feuerhand por su consistencia, óptima autonomía y bonita estética, aunque no es de los más económicos en esta gama.
No hay constancia clara de los orígenes de las lámparas de aceite, aunque hay datadas desde la Edad de Bronce que se fabricaban en piedra, terracota o metal. También se usaban conchas marinas.
Sí está documentado con más rigor el punto de inflexión que supuso, en 1780, la invención de la lámpara con depósito lateral atribuida al químico francés Joseph Louis Proust.
De manera muy sencilla. Un depósito lleno de combustible (aceite, parafina, queroseno…) empapa una mecha absorbente que transporta el combustible hasta el otro extremo de la mecha alimentada por la llama.
Destacamos las siguientes:
El modelo líder, empecemos por la desventaja, no resulta de los faroles más económicos en esta gama, pero sí cuenta con una excelente relación calidad-precio.
Para empezar, ofrece una gran consistencia propia de su material de fabricación. En concreto, acero galvanizado que, como es propio de esta especificidad, va recubierto por varias capas de zinc que ayuda a proteger de la oxidación.
Otro de sus reclamos más potentes es su versatilidad de uso ya que resulta práctico para alumbrarse de acampada y estético para colgarlo fuera de la casa.
En cuanto a datos concretos, se trata de un farol con una tanque de 340 cm3 para el combustible que ofrece un tiempo de combustión máximo de aproximadamente 20 horas. Puede funcionar con parafina o queroseno.
En cuanto a peso está algo por encima del medio kilo, dada la consistencia de su estructura, con 28 cm de altura y 14,5 cm de ancho.
Como hemos señalado al principio, no es un producto barato en este segmento, pero asequible y buena elección si se va a usar de manera frecuente.
Pasamos a una opción ya claramente decorativa, de estilo vintage y muy elegante dentro de su sencillez. Un quinque antiguo de los de toda la vida con el vidrio como material muy principal en su fabricación.
No solo se usa, como es obvio, para proteger la mecha y el quemador, sino también se opta por este material para el recipiente del combustible.
Un depósito con una estimable capacidad de 380 ml que solo se permite como ornamento unos labrados en la parte cónica superior. Precio asequible para un bonito complemente decorativo.
Buena autonomía que se puede prolongar hasta cerca de un día entero. Como en la mayoría de los modelos actuales los combustibles más adecuados son la parafina y el queroseno.
Cabe recordar que la primera opción resulta más recomendable porque su olor no es tan desagradable como el de la segunda.
Una lámpara que combina la utilidad con el estilo retro a un precio más que económico. Su armazón de hierro le dota de una alta resistencia.
Funciona de manera preferencial con queroseno y resulta idónea para colgarla en el porche o para cenas especiales en el jardín.
No obstante, su atractivo diseño hace que no desentone, todo lo contrario, en interiores sin necesidad de encenderla (recordamos que el olor del queroseno no resulta agradable y menos en espacios cerrados)
Como es propio de su módico precio, su tamaño es sensiblemente menor al de otras opciones más caras con algo menos de 20 cm de altura.
Como hemos adelantado en la introducción, la gama decorativa de las lámparas de aceite ofrece un catálogo más amplio. Este modelo es un ejemplo de ello.
Fabricada en latón, uno de los materiales más recurrentes en estos productos específicos, muy pequeña de tamaño y con una decena de mechas de repuesto.
Resulta vistosa, pero no económica para sus dimensiones y un peso de poco más de 200 gramos. En concreto, el platillo tiene 10 cm de diámetro con solo 5,5 cm de altura.
Un modelo clásico que reparte sus materiales de fabricación entre el obligado vidrio de la pantalla que protege a la mecha y el metal de tono retro.
Además de su bonita estética, procura una cálida iluminación mediante la combustión del queroseno.
Por tamaño está en la zona baja dentro de esta línea de quinqués con 20 cm y poco más de 200 gramos de eso. Precio razonable para lo que lucirá en casa.
Los opciones de combustible más comunes en la actualidad, pese a que conservan su denominación de lámparas de aceite, serían:
No son las únicas alternativas ya que también se puede recurrir a la grasa animal (especialmente aceite de ballena) o aceites vegetales, caso del de oliva.
En este aspecto distinguimos dos modelos básicos:
Va dentro de un globo de vidrio o una chimenea que protege la llama. La mecha pasa directamente al contenedor de aceite a través de un quemador de metal.
Depende en buena medida del uso que se le vaya a dar. En este contexto destacamos dos grandes alternativas:
Recapitulando, los factores prioritarios a valorar serían:
Última actualización el 2024-05-17 at 11:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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