La leche es un alimento básico completo y equilibrado que aporta un gran número de nutrientes como proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y lípidos.
Esta importante densidad nutricional puede llegar al organismo de distintas maneras. Nos ocupamos de una opción muy conocida, aunque no tan extendida como la convencional, como es la leche en polvo o leche deshidratada.
De entre las aquí seleccionadas, hemos situado en cabeza una para bebés de a partir de seis meses de la conocida marca Nestlé por su formato de pack con tres unidades, valor nutritivo para el pequeño y un precio que resulta ajustado para la cantidad de unidades y peso de cada una (en total, casi 2,5 kilos).
Como apunte histórico, esta leche se produjo por primera vez en 1802 por el doctor ruso Osip Krichevsky quien evaporó leche pasteurizada en torres especiales. La primera producción comercial data de 1832.
Es una leche de vaca a la que, mediante una serie de procedimientos, se le retira el agua hasta darle consistencia de polvo.
Este proceso de deshidratación se lleva a cabo en torres especiales de atomización donde el agua que contiene la leche es evaporada hasta obtener un polvo color marfil claro.
Para beberse ha de mezclarse con agua. Se comercializa en latas, bolsas o cajas.
Entre las primeras destacamos:
Sobre sus desventajas señalamos las siguientes:
Como referencia de proporciones para un litro habría que agregar 10 cucharadas soperas (120 gramos) de leche en polvo a medio litro de agua tibia y luego mezclar y completar hasta el litro.
En el caso de un vaso, a medio de agua tibia, previamente hervida, se le añadirían dos cucharadas soperas (24 gramos) de leche en polvo.
Hemos optado para el primer lugar por una leché de continuación para bebés de seis meses hasta el año que ya se entraría en la etapa de leche de crecimiento.
Un pack de leches en polvo muy aconsejable para uso intensivo de este producto ya que sus tres botes de 800 gramos cada uno acumulan cerca de 2,5 kilos de líquido deshidratado.
Por lo demás reúne los valores nutricionales propios de esta alternativa con diversas vitaminas (A, C y D), hierro y zinc, una combinación que redunda en el funcionamiento normalizado del sistema inmunitario.
Otro de los componentes de su contenido es el DHA, siglas en inglés del ácido docosahexaenoico, un tipo de ácido graso omega 3 que se encuentra de manera natural en la leche materna y que ayuda al desarrollo cerebral.
El suero de leche desmineralizado, aceites vegetales o sales minerales complementan un producto a precio ajustado para la cantidad de leche en polvo que ofrece y el reconocimiento de la marca fabricante.
Una opción para recién nacidos orientada a cubrir las necesidades nutricionales desde el primer día de vida.
Entre sus características está que favorece al absorción de ácidos grasos y calcio. Cuenta con un amplio número de aceites vegetales en su composición (palma, coco, girasol o canola).
Los resultados para la evolución del bebé son óptimos, aunque, como es lógico, la adaptación a los tipos de leche no es matemática.
La falta de problemas de estreñimiento o cólicos es uno de los principales indicadores para valorar cómo le sienta al pequeño o pequeña su ingesta.
En el ámbito ya más práctico, el formato resulta muy cómodo. Está fabricado en plástico rígido con un cierre de click que lo deja totalmente hermético.
Pasamos con esta alternativa a un ámbito totalmente distinto más vinculado a la repostería que a la alimentación sin que por ello deje de tener valor nutricional.
Una leche en polvo orientada a la elaboración de postres y helados distribuido en bolsa de un kilo a un precio algo más elevado sobre otros tipos.
Es una leche desnatada, baja en grasa y sin gluten que, como hemos apuntado, dará excelentes resultados también en la realización de yogures.
Una de las objeciones puntuales deriva de su envoltorio ya que corre el riesgo de romperse algún borde de la bolsa y salirse por esa abertura el polvo.
Una marca clásica en la leche convencional muy diversificada en el sector lácteo y que, por tanto, también cuenta en su catálogo con leche en polvo. En este caso adecuada para adultos y niños a partir del año.
Una bolsa de un kilo de leche entera que, una vez mezclada con el agua, darían para un total de ocho litros. Como referencia concreta es una leche con un 26% de materia grasa.
En cuanto a su dosificación, se recomienda echar dos cucharadas soperas (poco más de 30 gramos) a un vaso de agua fría o caliente sin que esté hirviendo.
Una opción para adultos distinta ya que se distribuye en sobres individuales orientadas a tomarse un café con disolución de leche en polvo.
En total 600 unidades de 2,5 gramos cada una que cundirán bastante por un precio ajustado a la cantidad ofrecida.
Las dosis vienen presentadas en un dispensador de cartón y resultan de este modo muy adecuadas para el autoservicio.
Hay diversas clases de leche en polvo en función, principalmente, de la edad de los pequeños. Así, aportamos las siguientes opciones:
Por ejemplo, es muy adecuada para ancianos por la aportación de calcio como los es para los niños en la fase de crecimiento.
Dentro de esta gama podemos encontrar leches en polvos destinadas a cometidos específicos. Destacamos las que siguen:
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