No es una herramienta de uso común, ni que se tenga en casa normalmente, pero es, sin duda, altamente eficaz para obras de envergadura.
Nos referimos a los martillos percutores. Llevar a cabo tareas nada fáciles con el menor esfuerzo y la mayor comodidad posible es el objeto principal de esta herramienta.
Si optamos por la definición más coloquial, podemos decir que es un taladro más grande y pesado que los convencionales y que tiene mucha más potencia.
En cuanto a su función principal, es la perforación y hasta demolición de paredes o ejecución de grandes agujeros en el suelo. Se usa pues preferentemente en el sector de la construcción o en tareas relacionadas con ella.
Dentro de este cometido principal hay diversidad de modelos para adaptarse a la magnitud de los trabajos.
Ocupa el liderato un modelo eficaz y asequible dentro de esta gama que ofrece muy distintas posibilidades y versatilidad en materiales ya que trabaja bien sobre ladrillo, piedra, metal, madera o mampostería.
Como referencias cuantitativas, su capacidad de perforación es de 32 mm de diámetro en hormigón, 13 mm en acero y 40 mm en el caso de la madera.
Cuenta con un motor de 1500W y un control con seis velocidades distintas para graduar la perforación en función de las necesidades.
Un detalle digno de mención es que el motor de alambre de cobre resulta muy resistente al calor y, en consecuencia, se puede trabajar de manera intensiva sin riesgo de quemar la máquina.
Muy buen agarre con sus dos mangos ergonómicos, uno en la parte trasera y otro cerca de la broca para potenciar la firmeza que exige esta herramienta para que no se mueve mucho a la hora de perforar.
Incluye un buen número de accesorios como brocas, cincel, el mango auxiliar ya mencionado, que se puede quitar y poner, y un maletín resistente para trasladar fácilmente todo el material.
Ya hemos señalado al comienzo que el martillo percutor, perforador o demoledor no es una herramienta común en el ámbito doméstico. Este modelo está ya claramente orientada al campo profesional. Sus prestaciones y su elevado precio dejan constancia de ello.
Gran potencia, excelente energía de impacto y también óptima eficacia en el arranque de material.
Hay que advertir que se trata ya de una herramienta de considerable tamaño y algo más de diez kilos de peso.
Pese a estar ideado principalmente para cincelado horizontal en hormigón y piedra, también resulta útil en trabajos verticales.
Muy buen agarre, con empuñadura adicional, y compatible con un específico aspirador de polvo para que se vaya absorbiendo según se perfora.
De un lado a otro en cuanto a precio ya que pasamos a un martillo percutor muy económico para la media de este segmento de herramientas.
Como se intuye cuenta con menos potencia que los anteriores con 900W que puede resultar suficiente para trabajos de menor envergadura que los orientados a la demolición.
Cabezal de aluminio y, por material y tamaño, bastante ligera para la media con apenas cuatro kilos. Agarre antideslizante y tope estable de profundidad.
En cuanto a los accesorios no está nada mal para su asequible precio con un juego de doce unidades de brocas y cinceles además del maletín.
Otra opción de una de las marcas más reconocidas en el sector de la herramienta, aunque, en este caso, al igual que el anterior, se adscribe a la gama baja para la realización de trabajos más sencillos.
Una potencia baja que se corresponde con su cometido (550W) y un mecanismo de percusión neumático con una fuerza de percusión de 1,7 julios.
Cuenta con una función integrada que permite la libre elección de la posición de trabajo del cincel. También incluye parada de percusión para taladrar en metal y madera.
Como datos concretos, el diámetro de perforación en hormigón es de 20 mm, 13 mm en el caso del acero y 30 mm para la madera.
Repetimos de nuevo marca para cerrar con una opción de batería.
Suelen tener menos potencia que las de cable y en este caso se cumple ya que es, además, un modelo también más doméstico que profesional como también se deduce por su asequible precio.
Tiene capacidad para perforar y también para atornillar. La fuerza de impacto, acorde con su limitada potencia, es de 1,2 julios.
Vaya por delante que hay taladros que cuentan con esta prestación, pero la diferencia fundamental, como ya hemos avanzado, es que la potencia del martillo es mucho mayor.
Esta función consiste, en esencia, en golpear la superficie con movimientos constantes, rápidos y potentes para vencer de manera eficaz la resistencia que ofrezca el material de la pared o suelo.
Entre las primeras destacamos:
Sobre las desventajas:
La clasificación más genérica se puede establecer por su suministro energético:
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