Por ahorro de tiempo y resultado, la pistola de pintura no tiene rival.
Qué decir si te enfrentas a una gran superficie.
En ese caso, ya que los precios son bastante asequibles, será una inversión altamente rentable.
La definición más conceptual diría que se trata de un dispositivo ideado para pintar sobre todo tipo de superficies con diferentes tipos de pintura sin la necesidad de utilizar rodillos o brochas.
Una más técnica incidiría en que son equipos que permiten pulverizar pintura mediante presión de aire para aplicarla sobre una superficie.
Señalamos algunas de ellas:
Como ya hemos mencionado, se trata de un modelo muy doméstico por potencia y tamaño tanto del depósito como del dispositivo en sí.
Su diseño tira a minimalista lo que le hace muy ligero. Sin embargo, para el bricolaje, muebles o superficies no muy grandes de paredes da buenos resultados.
En consonancia con sus características, su capacidad es de solo 0,6 litros, pero suficiente si se usa para los cometidos mencionados.
Para su precio, muy económico si se tiene en cuenta además su tecnología HVLP, rinde a satisfacción en su ámbito y trae de serie tres boquillas de acero inoxidable de distintos grosores (1,4, 1,5 y 2,0 mm).
La regulación es bastante correcta ya que puede calibrar tanto el volumen de tinta como el caudal de aire.
Si bien no es la más adecuada para labores de envergadura sí que es apta para todo tipo de superficies.
También admite un buen catálogo de pinturas y derivados como las de yeso, leche, esmaltes o barnices de látex.
Otra opción económica de mayor capacidad de depósito, aunque de apariencia menos sólida por el tipo de material de fabricación.
Sin embargo, cumple bien con tareas propia del bricolaje.
Para ello cuenta con tres boquillas para distintos tipos de pintura como puede ser la de pared, el barniz o el esmalte.
Aprovechamos la mención de estos materiales para señalar, y vale para cualquier modelo, que la mezcla que acabe en el depósito o en el tanque ha de ser la correcta.
Para ello más que conveniente leer los consejos de las marcas.
Las regulaciones de la boquilla en horizontal o vertical permiten adaptarla al trazo que se lleve a la hora de pintar.
Si vas de un lado a otro y lo pones en vertical en cada pasada cubres más y lo mismo si vas de arriba abajo y lo pones en horizontal.
Resulta bastante ligera pese a que el depósito ya es de 0,8 litros y cómoda de coger y manejar. Se limpia de manera bastante sencilla.
En esta pistola convergen varios factores que explican su principal inconveniente que es su elevado precio.
A cambio, eso sí, una marca de prestigio, una alta potencia, y unas prestaciones que ya le permiten afrontar trabajos más allá de las labores domésticas.
Nada menos que 1200W y dos depósitos (de un litro cada uno) dan una idea de la máquina a la que hacemos referencia.
Por supuesto, es también mucho más aparatosa que las anteriores, aunque las ruedas que incorpora el dispositivo central ayuda en el desplazamiento.
La rapidez en tareas más domésticas resulta uno de los sus aspectos más destacados.
Con cierta pericia en el manejo, una habitación de dimensiones normales, incluido techo, puede llevar una hora.
Una pistola de otra de las marcas punteras en el sector.
No alcanza demasiada potencia sobre el papel (400W), pero rinde bien si se orienta a sus fuertes como pueden ser los muebles.
En el caso de paredes, el rendimiento baja y hay alternativas que resultan más eficaces.
Su peso (cerca de un kilo en vacío) puede incomodar después de un tiempo de trabajo.
Hay que tener en cuenta que el depósito sí que resulta bastante holgado con una capacidad de 1,2 litros y, por tanto, se pone por encima de los dos kilos.
Por su precio, este modelo ofrece dos dispositivos que pueden solucionar algún percance doméstico o embellecer algún mueble arrinconado.
Se trata de una pistola estándar con boquilla de 1,3 mm y otra versión mini con boquilla de 0,8 con tecnología HVLP.
Vienen dentro de un práctico maletín acompañadas de un manómetro. Todo ello, como decíamos, por un precio más asequible.
Distinguimos cuatro partes principales:
Una pistola de pintura basa su funcionamiento en el conocido como ‘efecto Venturi’ que, en síntesis y aplicado a este dispositivo, expone que cuando un flujo de aire pasa por un conducto que se estrecha genera una succión.
En este caso succiona la pintura del depósito o tanque y la atomiza o pulveriza gracias al aire comprimido.
El funcionamiento básico pasa por apretar suave hasta el primer tope que mueve la varilla y abre el conducto de aire que se dirige a la zona de pulverización.
En este paso la velocidad del aire no alcanza para que salga la pintura. De este modo se puede regular la presión y la dirección.
Una vez en disposición se aprieta más el gatillo hasta el final del recorrido, la varilla se desplaza hacia atrás y, de este modo, se libera el paso de la pintura hacia el área de la pulverización.
Por supuesto, para usarla siempre guantes y gafas de protección.
Como en todos los productos de este tipo, ni más potencia ni menos: la que se vaya a necesitar en función del uso que se va a dar.
Es evidente que una más potente será más versátil, pero también que será más cara y si se va a orientar a bricolaje y pequeños trabajos con una eléctrica básica nos llegará.
Para hacerse una idea orientativa estas gamas pueden oscilar, siempre con excepciones, entre 300-800W.
Su tamaño determinará la autonomía de trabajo. Como en el caso anterior, y en casi todos los factores a valorar antes de decidirse, hay que sopesar el cometido principal que se le va a dar.
Es evidente que un depósito con más capacidad te da más margen de maniobra en grandes superficies como también lo es que si se compra para hacer trabajos más finos, el peso y la aparatosidad de un depósito grande será un incordio.
Como referencia, en el mercado se pueden adquirir desde los 0,5 litros.
Es aconsejable que no supere los dos para evitar un peso que haría más complicado el manejo.
Imprescindible no solo el caudal que genere sino, sobre todo, que tenga regulador para que salga por la boquilla la cantidad de pintura que deseamos.
Definimos el caudal como la cantidad de pintura que es capaz de liberar la pistola en un tiempo determinado.
Como es fácilmente deducible está vinculado a la potencia que tenga la pistola.
Al igual que ocurre con el caudal, el flujo dependerá de la potencia del dispositivo y del caudal que genere.
A mayor flujo, mayor eficiencia y menos tiempo en pintar la superficie. Hay modelos que también ofrecen la posibilidad de dosificar la pintura desde la boquilla.
La pieza a través de la cual se expulsa la pintura. Como ya hemos adelantado, hay pistolas que traen de serie boquillas de distintos diámetros.
El diámetro varía en función del objeto a pintar. Así, en metal pueden valer de 1,2 mm mientras que para pared puede ser el doble.
Su longitud no es un factor prioritario, pero si se van a acometer fachadas o grandes superficies con está de más echar un vistazo a esta característica.
Siglas de High Volume Low Pressure, una moderna tecnología que usa mucho volumen de pintura con poca presión.
De este modo, la nube de pulverización merma y la pintura llega de manera más directa a la superficie con el consecuente ahorro en pintura.
A ello suma que no deja pintura en el aire, lo que redunda en beneficio de la salud.
Última actualización el 2024-05-04 at 00:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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