Adentrarse en el mundo del puzle requiere un contacto progresivo para probarse en los límites de la paciencia, foguearse si se avanza y asumir retos de mayor enjundia si se confirman las aptitudes.
No hay unanimidad, aunque sí amplio consenso en considerar los modelos de 1000 piezas la prueba de fuego para la selectividad de este juego de mesa (hay quien cree que con uno de 500 puede ser suficiente).
De entre las muchas opciones hemos seleccionado algunas de las más representativas. Entre ellas situamos en primer lugar un puzle muy clásico tanto en temática, una visión de la ciudad de Nueva York, como de marca ya que Educa es una de las más reconocidas en la gama.
Muy buena calidad fotográfica y buen encaje de piezas a precio muy económico.
Aparte del entretenimiento que pueda suponer, siempre que se tome con la calma debida, los puzles en general tienen grandes beneficios:
Como se deduce, no es un ejercicio matemático y, por tanto, cada cual lo llevará a cabo a su manera, con sus trucos y hasta manías.
Sí que hay consideraciones generales y alguna que otra recomendación. Entre las primeras, tener claro que si te enfrentas por primera vez a un puzle de estas características, fácil no va a ser.
Entre los consejos señalamos algunos:
Tanto en los de 1000 piezas que nos ocupan como en el resto, depende del formato y el fabricante, pero se pueden ofrecer unas referencias genéricas para hacerse una idea.
Así, podemos aportar una medida estándar de 50×70 cm. Sin embargo, si se trata de un formato panorámico puede estar en 38×98 cm o viceversa en función de la orientación de la imagen a componer.
Dado que un puzle no es otra cosa que una fotografía dividida en piezas que hay que reconstruir, es evidente que la temática es prácticamente inabarcable.
Sin embargo, hay motivos muy recurrentes y alternativas diferenciadas. Señalamos dos de los más populares:
Otras opciones, entre tantas, pueden ser puzles de cuadros de pintura, películas, mapas, series de TV, comics, dibujos animados…
Entre las alternativas que podemos definir como distintas entresacamos dos:
Como ya se ha adelantado en la introducción nos hemos decantados por un clásico por partida doble.
Por un lado, el motivo del puzle, una imagen de la ciudad de Nueva York, como por la marca Educa que es una de las más prestigiosas en esta gama. En este caso, pertenece a la serie Genuine.
La calidad de la fotografía es muy detallada, lo que siempre facilita la realización del rompecabezas.
Los materiales de fabricación aportan otra cualidad relevante como es el buen encaje de las piezas y el poder sacarlas sin problema en caso de error.
Es complicado recomendar una opción para principiantes, pero esta sería más bien para más adelante ya que la gama de azules del cielo y las similares que tienen los edificios requieren estar algo fogueado.
Está recomendado para mayores de 12 años e incluye la cola especial para colgarlo una vez se haya montado en su totalidad. Todo ello a un precio muy económico como es lo común en estos productos.
Una opción distinta en forma que diferencia muy bien los colores del arcoíris y sus distintos tonos. En total se trabaja sobre 24 colores.
La dificultad añadida, si se está ya acostumbrado a puzles más convencionales, es que las piezas resultan distintas para conformar el perímetro circular.
También hay que destacar, en el lado opuesto, que la clara diferencia de colores facilita llevarlo a cabo.
Para ayudar, por detrás todas las piezas llevan unas letras de guía que resultan muy útiles, principalmente para comenzar a hacer el borde. Este es, como ya se recomendó en la introducción, el primer paso que se ha de dar.
Si clásico es el primer puzle elegido de Manhattan, este con el cuadro del Guernica de Picasso no le va a la zaga.
Como ya hemos mencionado, los rompecabezas en blanco y negro suponen un plus de dificultad debido a la similitud de tonos grises. En este caso, el tamaño de las piezas, que tiran a pequeñas, demanda más paciencia.
Para hacerse una idea, debido a su formato, da una medida de 62,5×30 cm. Buena consistencia de las piezas para encajar y desencajar sin problemas.
En suma, un puzle no apto para principiantes que, eso sí, procurará grandes satisfacciones a quien lo acabe como premio a las horas y el esfuerzo.
Un regalo que hará las delicias de los amantes de los súper héroes siempre que tengan paciencia y se atrevan con él.
Un puzle complicado por la cantidad de personajes que figuran en él y la paleta cromática que generan. Los colores resultan muy vivos y la impresión, en consecuencia, es de calidad.
Es todo un reto incluso para quienes tienen ya experiencia. Muy recomendado especialmente para hacerlo entre padres e hijos e ir descubriendo cada personaje.
Ya aludimos a este modelo en la introducción. Como cualidad totalmente diferencial sobre el resto cuenta con material que le da visibilidad en la oscuridad.
Imagen de gran calidad, piezas de tamaño convencional y resistentes y un precio que está en la media pese al plus fluorescente.
Se adecúa perfectamente a principiantes y a niños de a partir de unos doce años. Una vez acabado lucirá, nunca mejor dicho, mucho en su habitación.
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