Los acuarios realzan la estética de la estancia donde se instalen gracias a los numerosos complementos decorativos vegetales y lumínicos que se pueden encontrar en el mercado.
Sin embargo, estos añadidos a la pecera no lucirán lo debido si no se acompaña de un óptimo mantenimiento del interior acuático.
Para ello es fundamental el papel de los filtros para peceras ya que garantizan la salubridad del agua, las plantas y, por supuesto, de los peces.
En síntesis, un dispositivo que tiene como función que el agua recircule y se mantenga limpia dentro del acuario.
Su objetivo es pues cerrar el paso a componentes que puedan a ser tóxicos generados por la propia actividad de la vegetación y los peces. Viene a ser pues una pequeña depuradora.
En síntesis, señalamos los siguientes pasos:
Dos principales por su forma de ubicación:
Como se intuye, los filtros para peceras están sumergidos dentro del agua y dejan fuera, sin abandonar el terreno de la lógica, el cable y el enchufe. Son adecuados si no se precisa una gran potencia de filtrado.
Tienen ventajas como su precio más económico y que implican riesgo de fuga de agua al ser dentro de ella. Silenciosos y compactos.
Instalados fuera del recipiente. Mucho más completos que los interiores. Es decir, mucha mayor potencia y capacidad de recirculación del agua. Montaje sencillo y fáciles de limpiar.
Están aconsejados pues para acuarios medianos o grandes de agua dulce. Por aportar una referencia cuantitativa, serían adecuados entre 70 y 100 litros.
Dentro de estos dos grandes grupos se distinguen otras subcategorías. Así, en el caso de los internos encontramos:
Muy básico, aunque los hay más todavía. Orientado para peceras caja. Se ubica en una esquina a través de ventosas en las paredes de cristal. Para recipientes pequeños y con pocas especies.
Todavía más elemental que el anterior. Se limita a una esponja de material filtrante conocido como foamex que se utilizan como medio de filtración mecánico para la retención de residuos y otras partículas nocivas del acuario.
Mucho más eficaz y completo. Incorpora una cabeza motora que es la encargada de recircular el agua en el interior. También lleva cámara para los filtros. Se fabrican para distintos tamaños incluso de gran capacidad.
Se usa muy poco ya que resulta muy incómodo manejarlo debido a que va debajo del sustrato del acuario y sacarlo y meterlo es más complicado.
Entre los externos:
Para acuarios de gama media y alta (hasta 100 litros más o menos). Hay que guardar un buen espacio al lado para ubicarlo.
Funciona con un sistema de canastas. El agua sale del acuario por una manguera, pasa por el filtro y regresa por otra manguera gracias a una bomba sumergible que está incluida.
Se cuelga por fuera de uno de los lados del acuario con la manguera de absorción en el interior. Proporciona una buena oxigenación de la superficie del agua.
Hemos optado en primer lugar por un filtro de acuario para interior que reúne óptimas cualidades como su eficacia tanto en agua salada como dulce y un precio que resulta bastante asequible.
Se trata de un filtro muy completo gracias a su doble depuración. Por una parte, biológica (a través de los canutillos cerámicos que lleva en el recipiente) y por otra mecánica mediante esponja.
Otra de sus ventajas es su fácil extracción, limpieza y mantenimiento. Por ejemplo, no es necesario sacar el cuerpo del filtro para acceder al cartucho.
Sobre dimensiones y referencias de tamaño, es muy adecuado para acuarios con una horquilla de capacidad de entre 100 y 200 litros, aunque por debajo del mínimo, por ejemplo uno de 60, también rendirá a satisfacción.
Por su parte, el caudal es regulable con unos parámetros que oscilan entre los 250 y los 500 litros por hora.
Para los acuarios de referencia resulta además bastante discreto (una apreciación siempre subjetiva y sujeta al tamaño) gracias a unas dimensiones que superan por poco los 20 cm de altura por 14 de ancho y ocho de profundidad.
Cambiamos de opción con esta para instalar fuera del recipiente orientada a acuarios pequeños donde rinde de manera eficaz por un precio en la media, es decir, económico salvo para peceras de grandes dimensiones.
Para su gama es bastante útil con cualidades apreciables como un buen caudal regulable y el auto cebado, es decir, que después de estar inactivo, por ejemplo por un corte de luz, se llena de manera automática.
El tamaño es grande, pero, en el caso de los filtros externos, se cuenta con la ventaja de que no ocupan sitio dentro ni distorsionan así el paisaje acuático. Simplemente parece una pieza más adosada a uno de los laterales.
En este modelo, además, la sujeción está totalmente garantizada con su diseño colgante que se fija de manera estable a los laterales de la pecera.
Hay que advertir que este tipo de filtros para peceras está orientado para la eliminación de los objetos flotantes que haya en la superficie del agua.
Regresamos al interior del acuario con este filtro que se caracteriza por su compacto tamaño y, por tanto, por alterar poco el interior con su discreta presencia dentro del agua.
Un tamaño que no impide que cuente con una buena combinación de elementos filtradores que de distribuyen en su interior como las esponjas o el carbón activado.
También lleva en el interior un compartimento específico para las denominadas bio balls. Son bolas hidrosolubles que contiene un número preciso de microorganismos para el control de calidad microbiológico.
El ajuste del caudal se lleva a cabo de una manera muy sencilla a través de una rueda que se suma como componente a este discreto, pero eficaz filtro que se adhiere de manera sencilla al cristal a través de ventosas.
Algo más caro sobre la media, pero asequible para las prestaciones ofrece.
Una alternativa depuradora ya de más fuste que se refleja en el precio y en las capacidades para las que está recomendada.
Así, este filtro puede ser operativo con garantías en acuarios de hasta 300 litros (el mínimo estaría en los 100, aproximadamente).
Un dispositivo para exterior necesariamente potente para las cantidades de agua que afronta y que resulta, a pesar de ello, bastante silencioso.
Su sistema de válvulas de cierre de seguridad permite aislar el filtro del circuito del agua. Un filtro pues más sofisticado, con una precisa regulación de caudal que supone un salto cualitativo y cuantitativo sobre modelos anteriores.
Para cerrar, nos vamos de un extremo a otro tanto en precio como en capacidad recomendada. Un filtro interno muy económico que cumple con corrección en acuarios de pequeño formato.
Pese a su precio, cumple tres importantes misiones en el hábitat de nuestros peces como la oxigenación, la circulación del agua y su filtración para devolverla en buenas condiciones.
Se adhiere bien a las paredes del acuario a través de ventosas y no distorsiona mucho el paisaje por su tamaño y sobriedad de diseño.
Como referencia genérica, los filtros deben generar entre tres y cuatro veces el volumen del acuario por hora (por ejemplo, si tiene 20 litros, se multiplica y sería entre 60 y 80). Algo más incluso si el número de peces es elevado.
Muy vinculado al anterior factor. No solo el número sino, muy importante, los residuos que pueda generar su alimentación y la vegetación.
Ya hemos señalado que puede ser mecánica, biológica o química en función de las capas de material filtrante que lleve el filtro y su proporción.
Aportamos algunos consejos:
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