Llega septiembre y con él, la temida (y más cara de la historia) vuelta al cole. En la lista casi interminable de todo el material escolar necesario, nunca puede faltar una flauta dulce. Un instrumento imprescindible para que los más pequeños se acerquen por primera vez a la música.
Si nos centramos en su definición académica, hablamos de un instrumento musical de viento formado por un tubo cilíndrico con agujeros que se toca soplando por uno de los extremos. Para sacarle distintos sonidos se van tapando los orificios habilitados mediante los dedos de quienes tocan o, en otros modelos más sofisticados, con llaves.
Entre sus beneficios en la etapa escolar, la flauta dulce mejora la coordinación entre la vista y las manos, relaja, potencia las habilidades cognitivas del escolar, entre ellas la estimulación de la memoria y desarrolla su capacidad matemática, ya que tiene que contar notas y ritmos.
Sin embargo, para que los alumnos se aprendan al dedillo las canciones que les manda su profesor de música, es inevitable que practiquen en casa, lo que puede provocar algún que otro dolor de cabeza a los padres (y a los vecinos si no hay buena insonorización).
En la búsqueda por encontrar una solución efectiva para que los niños puedan practicar con este instrumento musical sin molestar en exceso, ha llegado al mercado un artilugio denominado sordina.
Se trata de un pequeño dispositivo de insonorización (hasta el 80%) para que puedan tocar la flauta sin dejar de escuchar lo que están tocando. No obstante, también se puede eliminar casi completamente (99%). Se puede elegir cualquiera de estas opciones: solo hay que colocar la sordina en la posición correcta.
Este en concreto (que hemos encontrado a la venta en Amazon) está fabricado con materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente. Es totalmente compatible con la mayoría de las flautas dulces.
Solo hay que colocarla en la posición deseada y empezar a practicar. Su aspecto es aparentemente sencillo, pero resuelve un problema complicado y que ha generado controversia entre los padres. Es toda una solución… y muy económica.
Vienen normalmente provistas de una varilla de limpieza y un trapo que conviene cambiar de manera frecuente por razones higiénicas.
Basta con lavar el instrumento con agua (en el caso más básico de las escolares de plástico o resina) e introducir la varilla envuelta en una gamuza.
En el caso de la travesera, la cosa se complica ya hay que ser más cuidadoso para no desprender los muelles del mecanismo de las llaves. Es conveniente usar trapos específicos limpiametales
Última actualización el 2024-05-21 at 03:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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