El cuidado e higiene de la boca es fundamental y cuenta con distintas opciones complementarias para llevarla a cabo. Una de las más extendidas se concreta en los diferentes tipos de enjuagues bucales.
Un pack de dos unidades de una marca puntera, de gran tamaño y eficacia a un precio asequible sin resultar de los más baratos en su segmento que, en general, no tiene su precio como elemento disuasorio.
En comparación con la capacidad (1 litro cada frasco) y la calidad de la marca se trata de una excelente opción para tener provisiones de enjuague bucal para bastante tiempo.
Una de las bazas de la línea Cuidado Total es que la sensación de limpieza en la boca es muy notable y su capacidad de desinfección está en sintonía.
Otra, tal y como se autodenomina, el efecto del líquido abarca todas las posibles causas de su uso como la formación de sarro, la prevención de caries o la protección de las encías.
A todo ello, por supuesto, añade que, después de su uso, el frescor de aliento es sobresaliente y duradero.
En suma, dos litros de enjuague bucal de primera a un precio más que asequible en comparación con otros centros de distribución comercial.
Otra marca puntera que, en este caso, ofrece un enjuague bucal sin alcohol de mucha menor cantidad (cuarto de litro en concreto), pero igualmente eficaz contra la placa bacteriana y los microorganismos que buscan en la boca su hábitat.
Uno de los componentes que incluye, el flúor, es, como ya hemos reseñado en la introducción, un componente muy eficaz en la prevención contra las caries.
La ausencia ya mencionada de alcohol en su elaboración implica que no pique cuando se centrifuga en la boca y resulte suave sin que por ello se pierda sensación de frescura en el aliento durante bastantes horas.
En suma, una buena opción para, por ejemplo, llevarla en el equipaje, suave de sabor a menta (hay distintas opciones en este apartado) y de precio económico, aunque el tamaño sea menor.
Ya hemos explicado el matiz diferencial entre enjuague bucal y colutorio. En este caso, se adscribe a este último tipo, aunque su distribución y marca son tan universales que incluirlo es obligado.
Una de las principales cualidades de este célebre líquido bucal es su carácter antiséptico. Quien más quien menos ha comprobado que, si no se diluye, el picor o el escozor, si hay alguna anomalía dentro de la boca, está asegurado.
En este caso concreto se trata de un óptimo pack de dos frascos de distintos tamaños (400 ml más uno adicional de 200). Muy eficaz de generación en generación para la higiene bucal. Sin duda, un clásico.
Dentro de los precios económicos de este tipo de productos, destacamos en esta alternativa que es sensiblemente superior sobre la media.
Por supuesto, sigue siendo muy asequible, pero en relación con su volumen (medio litro) exige un mayor desembolso.
Dicho lo cual, se trata de un enjuague sin alcohol y, por tanto, con un suave sabor a menta compatible con la preservación de la higiene bucal.
Puede resultar una opción muy adecuada para dientes sensibles. Dados sus componentes, prácticamente no se nota picor alguno dentro de la boca a la hora de los enjuagues.
En esta última alternativa, el blanqueamiento es una de las prioridades que orientan sus componentes. Un cometido que se logra sin que se deteriore el esmalte de las piezas.
No es su única función ya que también tiene efectos antibacterianos y combate los problemas de halitosis.
Entre sus ingredientes destacados sobre otros enjuagues mencionar la presencia de ácido cítrico y de alcohol desnaturalizado.
Antes de entrar en la materia que nos ocupa vamos a revisar las opciones ajenas a la comercialización. Es decir, lo que vienen a ser remedios caseros.
Los hay con distintos componentes, aunque, como es evidente, no alcanzan la eficacia de los productos específicos que existen en el mercado.
Entre ellos podemos señalar:
Puede colaborar a la protección de la placa dental o a rebajar la inflamación de las encías. Sus propiedades desinfectantes se prestan a ello, pero no es recomendable en general y menos su uso excesivo.
De enjuagarse como norma con este compuesto, la higiene bucal se vería muy resentida con efectos secundarios como irritación de las encías o la hipersensibilidad a los cambios de temperatura.
Una de las clásicas alternativas. La mezcla con agua se usa para prevenir infecciones en la boca o bajar la inflamación de las encías.
La mezcla propicia una acción anti bactericida y antiinflamatoria. Además, mejora la higiene y salud de tu boca.
Como referencia, unos cinco gramos de sal común en medio vaso de agua tibia y más o menos medio minuto de aplicación.
En este caso su aportación se orienta al blanqueamiento además de eliminar las bacterias y combatir el mal aliento. Como es lógico, a los tres remedios caseros les une que resultan de lo más económicos.
Aunque a menudo se usan como sinónimos hay una diferencia de matiz. El enjuague bucal es un compuesto líquido que se utiliza después de los cepillados de dientes, durante un minuto aproximado, para completar la limpieza. La recomendación de frecuencia estaría en dos veces al día.
En cambio, en esencia, el colutorio es una solución más espesa que pretende tratar afecciones bucales como las llagas o la gingivitis, por poner dos ejemplos.
Destacamos algunos de los componentes que incorporan:
En este apartado la diferenciación va ligada al objetivo concreto y a si el ámbito es doméstico o médico.
En el primer caso, están los enjuagues convencionales que se comercializan en farmacias, pero también en tiendas y grandes superficies.
Por otro, los prescritos por odontólogos para tratar afecciones concretas y que, por ejemplo, pueden incluir antibióticos.
Los ingredientes marcan en muchas ocasiones la especialización de sus funciones más eficaces. De este modo, los enjuagues cosméticos son buenos para atenuar el mal aliento.
Para las bacterias bucales los necesarios deberán contener agentes microbianos. Si se trata de prevenir las caries, los que contengan flúor serán una buena opción.
Como es evidente no se trata de un proceso complejo, pero aportamos algunas consideraciones generales:
Nada que ver si se quiere para tenerlo o en casa o para llevarlo encima o de viaje. Traducido puede ser la diferencia que va de recipientes que pueden llegar al litro a otros de 200 ml, por ejemplo.
Ya hemos desarrollado de manera detallada este aspecto y sus especificidades de funciones según los componentes.
Repetimos, por ejemplo, que el flúor es un buen componente para prevenir las caries o que los agentes antibacterianos son necesarios cuando se trata de combatir las bacterias bucales.
Es variado ya que hay algunas opciones que vienen en líquido, la mayoría, pero otras que optan por la crema y, por tanto, poco tienen que ver en su aspecto exterior.
En cuanto a los materiales que se usan como recipientes citamos el vidrio y, por supuesto, el metal. El tapón, que sirve de recipiente es ancho, y fácil de abrir (aunque en algunos casos hay que presionar los laterales).
Uno de los aspectos que más ha evolucionado en cuanto a posibilidades de elección que, como es obvio, viene marcado por los gustos personales.
Las fórmulas que no incluyen alcohol son más suaves de gusto y las más fuertes llegan a escocer bastante al removerlas si hay algún tipo de anomalía bucal.
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