El uso del espejo se remonta a civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana. Es decir, pocos objetos de tocador, por no decir ninguno, han mantenido durante tantos siglos su vigencia.
Es cierto que, de los primeros fabricados en metal bruñido, normalmente cobre, plata o bronce, a los de vidrio, que emergen en el siglo XIII, media un abismo. Y otro más entre estos y los de hoy.
Nos ocupamos en esta ocasión de los de mano que son, además, los primeros que fueron empleados por los seres humanos ya que hasta el siglo XVI no se empiezan a producir en tamaños más grandes como parte del mobiliario.
De los espejos de mano elegidos hemos designado como líder uno con mango clásico en diseño de la marca Fantasía por su doble cara, con una de aumento, la comodidad de agarre y su económico precio.
Es un utensilio muy práctico para completar las rutinas de embellecimiento. Su seña de identidad fundamental que puede llevarse a cualquier lado por su tamaño y, por tanto, resulta un complemento de importancia para incluirlo en el equipaje en caso de viaje.
Entre las primeras destacamos:
En el capítulo de inconvenientes:
Al hilo de esta última referencia, aportamos algunas horquillas de medidas para hacerse una idea:
Un espejo con mango muy clásico en su concepto que resulta muy práctico y cómodo por un precio económico, aunque esto será tendencia en esta gama.
Su principal baza es la doble cara que permite verse aumentado (en concreto cuenta con cinco aumentos) por una de ellas y sacar las ventajas derivadas de ello como la precisión a la hora de verse determinadas zonas o maquillarse.
De entre las dos grandes opciones de materiales se opta por el revestimiento acrílico y un soporte sencillo que se ajusta muy bien a la mano.
Se adapta muy bien tanto a las necesidades caseras como a las que puedan surgir en un viaje, aunque para este último caso haya modelos más pequeños y específicos.
Como datos concretos, estamos ante un modelo con 15 cm de diámetro en su esfera y 27 cm de longitud. Es decir, no está pensado de manera específica para neceser, pero se puede portar sin problemas.
Un concepto de espejo radicalmente distinto al anterior. Muy práctico, aunque no demasiado pequeño si se quiere llevar en cualquier rincón de bolso o mochila. No está pensado, por ejemplo, para incluirlo en el neceser.
Tiene una de sus bazas más potentes en un diseño plegable que, a su vez, sirve de soporte para mirarte sin que se mueva.
En concreto viene revestido de una funda de piel sintética con unos salientes para apoyar la base del espejo al modo de algunas fundas para tablets (de hecho, ese es más o menos su tamaño con 23×17 cm).
Entre las desventajas la falta de aumento, aunque lo compensa en parte con su holgado tamaño. Por precio resulta bastante asequible para su diseño y dimensiones.
Un clásico de esta gama en diseño con su forma de monedero. Muy pequeño y muy práctico para echarse un rápido vistazo o verse más en detalle ya que cuenta con espejo normal y de aumento.
Por supuesto, difícil encontrar una opción más portable que, además, resulta muy económica.
De hecho, el problema será encontrarlo si se echa en un bolso grande ya que cuenta solo con 10 cm de diámetro y no llega a los 100 gramos.
En todo caso, hay que destacar que es una medida correcta para sus funciones que no pasan por servir de espejo para un maquillaje pausado, sino para comprobar que todo está en orden en determinados momentos.
Pese a su tamaño, el cristal de aumento permite ver con gran detalle imperfecciones en zonas muy concretas si las hubiera.
Una excepción a la regla de precios económicos en esta gama. Muy por encima de la media está este espejo de mano plegable que se pude usar sobre una superficie con tan solo girar su agarre.
A cambio una excelente capacidad de diez aumentos por una de las caras y un tamaño medio que está en torno a los 16 cm.
Por materiales combina los dos más usados con carcasa metálica alrededor del espejo y soporte en plástico. Buena calidad, pero algo caro.
Una alternativa más que interesante por precio, extras y utilidad. Un espejo de bolsillo que opta por la forma rectangular en vez de redonda como es más habitual.
A sus dos cristales, uno de aumento, aunque no da demasiada ampliación, añade uno de los extras que hemos mencionado como es el de puntos LED para mejorar la visibilidad.
Muy llamativo con esas luces (la batería puede durar hasta cuatro meses en función del uso) y a un precio más que asequible para lo que ofrece.
Mucho más recomendable con aumento. Tienen dos caras. Una en la que, digamos, te reflejas a escala 1:1 y otra en la que, gracias al aumento, te podrás ver con mucho mayor detalle zonas concretas de la cara.
Si se quiere un maquillaje de precisión o se usan lentillas la recomendación es todavía mayor.
En este apartado ya depende mucho del uso que se le vaya a dar. Así, aquellos que no tienen mango son los más pequeños de tamaño, en general, y son los más portables como se refería ya en los tamaños.
Los espejos con mango se agarran con mayor firmeza y suelen ser más grandes que los anteriores, aunque perfectamente portables. Permiten pues ver en mayor detalle la cara.
Distinguimos dos opciones fundamentales:
Recapitulamos lo expuesto para extraer los factores a valorar antes de la elección de un espejo de mano u otro:
Última actualización el 2024-04-29 at 16:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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