El peligro de incendio es, sin duda, uno de los más temidos por sus devastadoras consecuencias. Ahí entran en juego los extintores.
Toda medida de seguridad es poca no solo en grandes instalaciones o en centros de trabajo más pequeños sino también en el hogar, en el coche o cuando vamos de vacaciones en caravana.
En este contexto, en función de las necesidades, el catálogo de estos dispositivos es amplísimo, pero a todos les une una exigencia común cual es saber utilizarlo de manera correcta en momentos de nervios y agitación.
Como ya hemos señalado, los tamaños y capacidades son muy dispares.
Aquí nos centraremos de manera principal en los más adecuados para el ámbito doméstico, vehículos o lugares de trabajo no muy grandes.
En las comunidades de vecinos o espacios de mayor envergadura existe una severa normativa para que siempre estén en perfectas condiciones, algo que también, como es obvio, es obligado en extintores de gama más baja.
Se trata de un dispositivo portátil metálico que incorpora en su interior un componente capaz de extinguir incendios a presión gracias a una mezcla de productos tales como agua, polvo y espuma.
Aunque resulte de común conocimiento, su función primordial es sofocar pequeños incendios para que no vayan a más y destrocen todo lo que encuentren a su paso.
A través de presión que puede ser baja o alta en función del agente extinguidor que contenga en su interior.
Los de baja presión utilizan compuestos como los halotrones (agentes limpios de carbón hidroclorofluoro), polvos químicos secos e incluso agua.
En el caso de los de alta presión, por su parte, recurren al dióxido de carbono (CO2) llamado “nieve carbónica”.
Si el dispositivo está en buenas condiciones y bien cargada será suficiente con retirar el seguro y presionar la palanca para que salga a presión el compuesto extinguidor.
Como ya hemos avanzado en la introducción, nos vamos a centrar de manera preferente en las opciones más domésticas como es el caso de la que ocupa la primera posición.
Un pequeño extintor orientado a sofocar pequeños conatos de incendio que se pueden dar en distintos espacios como la propia casa, coche o caravana.
Por un precio bastante económico resultará de gran utilidad para estos casos sin pedirle, como es obvio por su capacidad de 1 kg. (en total el peso se acerca al kilo y medio), más de lo que puede dar.
Para su gama cuenta con todos los componentes necesarios, incluido el manómetro para controlar la presión, y lleva una carcasa de aluminio altamente resistente a la corrosión.
Su agente extintor es el polvo y resulta versátil respecto a los tipos de fuego ya que puede valer para los tres mencionados (A, B y C) en el apartado específico.
La polivalencia también es extrapolable al soporte que incorpora ya que se puede colgar en el caso de viviendas o fijar en el coche, por ejemplo, en el lado izquierdo del suelo del conductor sin que moleste.
Una elección de mayor formato, ya que cuenta con doble capacidad, por un desembolso módico para sus buenas prestaciones en el ámbito doméstico con más margen para acabar con los conatos de incendio.
Un extintor de mayor envergadura, con apariencia robusta, cualidad que tiene, y un buen soporte con fijación superior e inferior para tenerlo a mano.
Una excelente relación calidad-precio para tener un componente más de seguridad en el hogar o zonas aledañas como pueden ser las escaleras del inmueble.
Al igual que el anterior, su agente extintor es polivalente y eficaz contra los fuegos de origen más común.
Muy adecuado también para caravanas ya que su sistema de fijación de adapta muy bien y el tamaño no resulta excesivo para una de gama media.
También se adapta a coche, aunque, en este caso, es más recomendable fijarlo, por ejemplo, a la parte inferior del asiento del copiloto.
En este caso, el precio no es su baza más atractiva ya que está por encima de la media y destaca más por tratarse de una versión mini.
Sin embargo, tiene especificidades a tener en cuenta como su máxima portabilidad y facilidad de uso si bien solo servirá, y hay que calibrarlo bien antes de decidirse, para pequeños sustos.
En concreto se trata de un aerosol de espuma de tres cuartos de litro de capacidad.
Como destacamos, el manejo se limita a presionar el pulsador para que salga un chorro de espuma que puede alcanzar los tres metros.
Otra de las ventajas añadidas es que, tras su aplicación, la limpieza de la zona afectada no revestirá dificultad.
Seguimos con escalada de precios ya que esta alternativa sí que supera con creces la media de los de su capacidad (dos litros).
A cambio, un extintor de alta fiabilidad y polivalencia ya que puede sofocar de inicio cualquier tipo de origen con independencia de su origen.
Una de las cualidades más valoradas, además de su importante polivalencia, es la rapidez con la que extingue el foco, un factor, sin duda, fundamental para evitar la propagación del incendio.
Otra de las bazas que destaca es una composición del agente extintor que cuenta con productos naturales y hace que su toxicidad sea nula.
Nos alejamos en el último modelo del ámbito puramente doméstico para dar paso a un extintor ya de considerable capacidad (6 kg.) por un precio razonable para su volumen.
Orientado principalmente a lugares de trabajo sin que sobre en casa ni, por supuesto, en las zonas comunes más susceptibles de sufrir un incendio por la cercanía de aparataje eléctrico o inflamable.
Al igual que la mayoría, resulta eficaz para apagar fuegos procedentes de las clases A, B y C.
Viene con una manejable manguera de caucho, un factor de importancia a la hora de dirigir el agente extintor.
Podemos distinguir las siguientes:
Destacamos tres:
Hay catalogados distintos tipos de fuego en función de su origen. Señalamos algunos de los principales:
Por lógica, el aspecto fundamental ya que de nada vale un buen extintor si a la hora de usarlo, en una situación de todo menos tranquila, no tenemos la pericia y rapidez suficiente para que funciones.
Aportamos algunos consejos:
Como recomendación genérica una unidad por cada 15 metros en una zona de bajo riesgo y por cada 10 si el riesgo es medio o alto.
Hay que tener muy en cuenta que las distancias métricas no se contabilizan en línea recta.
Esto significa que si por el camino hay que rodear un obstáculo hay que sumar la medida adicional de ese rodeo a la distancia final.
Los extintores tienen una vida útil de 20 años.
En este periodo deben someterse a revisiones de mantenimiento y el llamado retimbrado para asegurar su utilidad.
El timbrado es la prueba que el fabricante hace a los extintores previamente a su venta, la fecha de la misma debe estar indicada con las letras ph (presión hidráulica).
El retimbrado es esta misma prueba que debe hacerse cinco años después de la adquisición.
Última actualización el 2024-05-06 at 19:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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