Llega el buen tiempo, el horizonte de las vacaciones de verano y, con ello, la necesidad de estar bien preparado para disfrutar del sol con precauciones. Uno de los accesorios más útiles y clásicos es la sombrilla, no solo en la playa, sino en jardines y terrazas.
En estos últimos espacios, aunque también los hay para playa, hay que sumar otro complemento fundamental como es el soporte.
Un soporte para sombrillas es una pieza de peso considerable diseñada para introducir el mástil de la sombrilla y que se mantenga segura en el lugar, sin que salga volando.
Destacamos las siguientes:
Como lógico inconveniente señalamos su notable peso que será un incordio en el caso de tener que trasladar a menudo el soporte, aunque los hay con ruedas y se pueden comprar aparte.
Nos hemos decantado por un soporte alejado de los conceptos más clásicos de peana pesada con soporte para el mástil.
En este caso, el peso es elevado, pero variable y manejable en su traslado gracias a su configuración a través de cuatro placas independientes.
Juntas forman el cuadrado del soporte fijado en una estructura que incorpora la entrada para el mástil que se rodea de las placas una vez rellenadas.
Otra de las características es el peso es variable, y podemos cambiarlo a nuestro gusto. Así, si se vierte agua en las piezas alcanzará los 60 kilos, mientras que, si se elige arena, sube hasta los 80 kilos de peso.
En cuanto a las medidas, se conforma un cuadrado de 105 cm de lado. Es decir, una base muy adecuada para sombrillas de gran porte.
Como material de fabricación de las placas utiliza plástico polietileno de alta densidad (HDPE) que resulta muy resistente.
No se adscribe a la gama más económica, pero si se tiene una sombrilla grande en terraza o jardín merecerá la pena.
Pasamos a una estructura mucho más clásica con esta peana de granito pulido que cuenta con la desventaja de un precio sensiblemente más elevado sobre la media de esta gama.
El material complementario también es de garantías ya que recurre al acero inoxidable para el soporte en el que se introduce el mástil de la sombrilla y también para las asas laterales.
Por tamaño, se trata de una base de 45 cm de diámetro. El soporte de acero lleva acopladas dos llaves de giro para apretar el mástil y reforzar así su sujeción. Esta recomendado para sombrillas que tengan un máximo de tres metros de diámetro.
Como es propio de esta gama de materiales pesados no rellenables, el traslado es el mayor inconveniente, si bien reiteramos la posibilidad de acoplar unas ruedas supletorias.
Dada su estrecha relación no podía faltar un soporte específico para playa que también puede ser útil en otros tipos de suelos.
Una de las ventajas más evidentes de esta gama es su económico precio que se cumple en este modelo totalmente metálico.
Está compuesto por dos piezas soldadas. Una, más grande (algo más de 40 cm), acaba en forma de cuña para clavar en el suelo.
La más pequeña se limita a un tubo con una llave externa de giro para apretar el mástil una vez introducido. Un práctico y muy portable accesorio para llevar a la playa en vacaciones.
De regreso a los soportes para sombrillas de casa nos centramos en una alternativa de las más habituales para jardines y terrazas.
Una base circular fabricada en plástico resistente que se rellena de manera sencilla por la abertura habilitada en la parte superior.
Una vez hecho, alcanza así un peso de 22 kilos si es con agua y 25 si se opta por la arena, aunque el llenado será más engorroso.
En cuanto a las medidas, su diámetro está en poco más de medio metro con una altura de 30,5 cm si se cuenta la altura del soporte donde se mete el mástil. Por precio, en la media de esta gama.
Una opción que se sale del concepto más convencional y que tiene en su precio, por elevado, una de sus principales desventajas.
Un soporte-macetero cuadrado de aproximadamente medio metro por los lados y cerca de 30 cm de altura.
La capacidad de carga del recipiente está cerca de los 70 kilos que se pueden desplazar con ayuda de las dos ruedas que incorpora. Está ideado para usar como peso la tierra con la que mantener las plantas.
Un aspecto tan importante en estos accesorios bien merece un apartado propio. Sin embargo, como veremos en el siguiente capítulo, no todos los soportes basan su eficacia en el peso.
En los que sí lo hacen, la horquilla, con las previsibles excepciones, puede estar entre 15 y 35 kilos en las más convencionales, pero superarlo ampliamente en el caso de, por ejemplo, soportes de placas rellenables.
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