Clásico entre los clásicos en el menaje de cocina especialmente en los hogares españoles, donde el aceite de oliva es uno de los ingredientes principales de todos los platos. Por eso, es importante contar con una aceitera que permita controlar el flujo de aceite y eviten fugas. No solo para aprovechar hasta la última gota de este ‘oro líquido’, sino también para evitar manchas.
De las aquí elegidas hemos situado en cabeza una muy completa de la marca Gvolatee por su sistema antigoteo, tipos de boquillas, material de calidad, buena capacidad y precio bastante económico para lo que ofrece en una gama que lo es en general.
Pese a la obviedad, no está de más definir la aceitera como un recipiente de diferentes materiales ideado para verter con control y que no se desperdicie el aceite cuando se requiera su uso.
Además del tipo de material hay otras características diferenciales como pueden ser en formato spray o, dentro de las tradicionales, si llevan asa o no o si cuentan o no con sistema antigoteo.
Esta última alternativa merece mención aparte. Fue en 1961 cuando el arquitecto Rafael Marquina ideó la aceitera antigoteo, aunque su expansión y popularidad se sitúa en la década de los 80.
Esta aceitera consta de dos piezas, una que contiene el aceite, y el caño curvo, ambas conectadas por rozamiento. La clave de su popularidad radica en esta doble forma cónica.
Por un lado, la que hace de recipiente, y por otro, el cono invertido que recoge las gotas que puedan caer después de aliñar y que los devuelve dentro de la aceitera al tiempo que hace de embudo para rellenarla.
De la variedad de opciones nos hemos decantado por un modelo en el que convergen distintas y prácticas características.
En síntesis, una buena capacidad, distintas boquillas y sistema antigoteo. En cuanto al material se trata de un modelo híbrido con recipiente de vidrio grueso y boquilla metálica.
Viene equipada con dos distintas boquillas, una abatible y otra a presión. Las dos a prueba de fugas, polvo e insectos.
La capacidad es de medio litro dentro de un dispensador cuadrado muy cómodo de agarrar y, por tanto, fácil de verter.
Respecto a su tamaño concreto está en 30,5 cm de alto por 5,5 cm de base cuadrada. Trae de serie un pequeño embudo. Todo ello por un precio muy económico en una gama que lo es en general.
Pasamos a otra opción de un material muy común en esta gama como es el metal, en concreto el acero inoxidable caracterizado por su resistencia.
También de medio litro de capacidad, una de las más frecuentes, aunque este modelo está disponible en cuatro tamaños.
Boquilla con sistema antigoteo y forma cónica tanto en el depósito para el aceite como en la pieza que rodea la boquilla.
La punta tiene forma de V y un canal de retorno de aire diseñado con objeto de verter de manera constante y sin gotear.
Una de las ventajas de este tipo de aceiteras es la posibilidad de usar el lavavajillas para su limpieza exterior.
Cambio de material y diseño con esta aceitera que tiene su punto fuerte en la estética con un recipiente decorado de manera muy vistosa.
Estilo mediterráneo para una opción con una capacidad de medio litro de líquido con unas dimensiones de 24 cm de alto y siete de base y unos 400 gramos de peso.
Sobre el modo de vertido está rematada en la parte superior con una boquilla de metal con tapón de cierre. Precio ajustado.
Un modelo Marquina original en el diseño concebido por el arquitecto.
Su principal inconveniente está en un precio más que elevado para la media de este segmento de productos y más para una capacidad de 200 ml.
A cambio, un vidrio de calidad y un diseño fiel al concebido en 1961 por su creador y que se concreta en las dos piezas: recipiente y caño curvo que recoge las gotas que se puedan desprender en el vertido.
Una alternativa clásica, de estilo rústico, para finalizar. Una aceitera con una capacidad de cuarto de litro que viene dentro de una pequeña y vistosa cesta de mimbre.
Al tiempo que adorna, la cesta evita goteos y manchas en la superficie donde se coloque. En cuanto a la aceitera en sí está fabricada en vidrio grueso con tapón de corcho.
El asa y el pico vertidor complementan este diseño de aceitera que, además de cumplir con su cometido, reforzará la estética de la mesa. Algo más cara sobre la media de la gama.
No es asunto menor cuando por medio está el aceite. Aportamos algunas pautas para una óptima limpieza de este recipiente:
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