¿A quién no le ha hecho falta alguna vez una energía extra en determinados momentos? Trabajo excesivo, estrés, esfuerzo físico, la llegada del invierno…
Es en estas circunstancias cuando nuestras defensas bajan y los suplementos vitamínicos adquieren su mayor relevancia.
Antes de seguir, hay que dejar claro, que el recurso a estos productos ayuda, pero no es, ni debe ser, sustituto de una alimentación adecuada.
La dieta debe ser equilibrada en sí misma sin que, por ello, haya que minusvalorar estas sustancias que, precisamente, ayudan a compensar ciertas deficiencias en la nutrición.
Empecemos por la definición académica de multivitamínico entendido como un “suplemento dietético que aporta vitaminas, minerales y otros elementos nutricionales”.
Generalmente, se dispensa en forma de cápsulas, pastillas, polvos o líquidos.
En esencia, un complejo multivitamínico sirve para paliar los déficits de determinados nutrientes. Como hemos apuntado al principio, una dieta equilibrada es básica e insustituible.
Siendo esto cierto, también hay que tener en cuenta que el ritmo de vida actual tampoco permite en muchos casos cuidar la alimentación como se requiere.
En este contexto, se pueden perder vitaminas y/o minerales muy necesarios para alcanzar un buen rendimiento energético.
Es aquí donde estos suplementos pueden paliar en parte la carencia de frutas o verduras, por poner un ejemplo.
Principalmente, como es obvio, vitaminas, también minerales y, en determinadas opciones, antioxidantes tales como el licopeno y la luteína.
En el caso de las vitaminas pueden ser solubles en agua (B y C). Estas no se acumulan en las células y salen y entran muy fácilmente del cuerpo.
O vitaminas solubles en grasa, las conocidas como liposolubles que, en este caso sí, se acumulan en las células. Se trata de las A, D, E y K.
La enumeración de minerales que contienen es: hierro, cobre, zinc, calcio, magnesio, potasio, fósforo y selenio.
No existe un catálogo concreto de suplementos multivitamínicos ya que las combinaciones tienden casi al infinito.
Por tanto, para saber qué tipo de producto hay que tomar lo lógico y aconsejable es encuadrarse primero en tu grupo correspondiente.
Es decir, situarse por edad, tipo de alimentación, tipo de actividad laboral o académica (época de exámenes).. etc. y añadir el efecto que se busca con el suplemento vitamínico.
Con esas coordenadas se podrá definir cuáles son las alternativas más adecuadas.
Así, por ejemplo, si eres joven y quieres aumentar la energía y el bienestar en general lo propio sería optar por vitaminas del grupo B y C más zinc y selenio. Y proceder así en cada caso.
Si en la gran mayoría de los productos la opinión del usuario es factor principal, más aún en casos en los que los efectos se notan o no en el propio cuerpo.
Esta alternativa goza de un amplio respaldo como fuente de energía y de potenciación del bienestar general de quien la usa.
Mejores digestiones, menos fatigas y más brío en el día a día son algunas de las cualidades más destacadas.
A estas propiedades suma un muy buen precio habida cuenta de que se trata de un bote pensado para todo el año a razón de una gragea por día.
En todo caso, no es obligatoria esa posología y se puede, por ejemplo, dejar de tomar cuando no se tenga jornada laboral.
Ese paréntesis puede servir para que el cuerpo no se habitúe tanto a los componentes como para perder eficacia por ello.
En su justa medida, dan lo que se busca en general cuando se recurre a estos productos. Es decir, un extra de fuerza y equilibrio para afrontar el día con garantías.
Las objeciones puntuales inciden en el olor y sabor, aunque no parecen problemas de calado en un producto que se ingiere en segundos.
Y menos cuando los beneficios son contrastables durante todo el día.
Elaborado a base de ingredientes naturales y sin edulcorante alguno. Muy valorado como alivio del cansancio y como elemento de mejora a la hora de conciliar el sueño.
También cumple con holgura con una de las características más destacadas de estos suplementos como es ser un óptimo complemento a la dieta.
Así, aporta los extras que se quedan fuera por el control de la alimentación.
Además, es el ideal para quienes quieran un producto sin azúcares ni aditivos y resulta asimismo también apto para veganos y celíacos.
En este caso, sobre el anterior que encabeza esta selección, aunque comparativamente resulta algo más caro este producto, el olor a fruta resulta muy agradable y no hay queja alguna, todo lo contrario, a este respecto.
Otra ventaja, que también tiene su importancia en esta gama, es lo fácil que resulta ingerir la cápsula.
Las personas que estén bajas de nutrientes notarán de manera muy apreciable sus efectos.
Producto con amplio catálogo de nueve vitaminas, numerosos minerales y otros componentes que conforman un óptimo suplemento vitamínico.
Su precio, eso sí, está por encima de la media en proporción a la cantidad de unidades que trae el bote.
Es una de las marcas más conocidas en este segmento y los efectos energéticos y de bienestar se aprecian en escaso margen de tiempo.
En cuanto a su composición destaca principalmente por el gran número de minerales que contiene. Hasta un total de doce.
Entre ellos, destacar el cobre y el manganeso que resultan esenciales a la hora de transformar los alimentos que se ingieren en energía.
Como es previsible en un frasco con nada menos que 450 pastillas, el tamaño de cada unidad le hace muy fácil de tragar. Precio muy económico.
El resultado que ofrece es generalmente satisfactorio con aportes de energía muy de agradecer, por ejemplo, en trabajos que generen estrés.
En la media en cuanto a vitaminas y algo más corto en minerales respecto a otros competidores.
La crítica más generalizada alude a lo complicado que resulta abrir el bote ya que no va a rosca.
Con las dietas vegetarianas y veganas en expansión, este producto busca precisamente a esos potenciales usuarios con objeto de compensar las carencias de nutrientes derivadas de los alimentos que rechazan.
Así, potencia la vitamina B12 que se encuentra en alimentos de origen animal (pescado, carne, aves, huevos, leche y productos lácteos en general).
También es rico en vitaminas antioxidantes que, con carácter específico, resultan altamente beneficiosas para la vista, el cabello y las defensas en general.
Como consejo genérico, son preferibles los productos que contienen formas activas de las vitaminas.
De este modo, la efectividad del multivitamínico se una vez absorbido y el organismo no necesitará metabolizarlo por medio de procesos químicos que podrían degradar los nutrientes que se han ingerido.
Como consejo concreto, abstenerse de combinar hierro y calcio ya que, al interactuar entre ellos, dificultan la absorción de los dos. Mejor optar por productos que no mezclen estas moléculas.
Si ingieres un suplemento que contenga hierro no hacerlo con lácteos o alimentos ricos en calcio.
Antes que nada, una vez comprado, es más que conveniente leer el prospecto.
Ya hemos señalado que estos multivitamínicos no sustituyen una dieta equilibrada. Tampoco a los medicamentos.
Ambas advertencias no significan que no ayuden a mejorar la salud en varios aspectos. Entre ellos destacamos:
Hay colectivos potencialmente más beneficiados por sus efectos:
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