Llega el frío y con él los hábitos propios de estas fechas. La manta ha sido, es y será uno de los complementos más recurrentes ya sea para la cama o para ver la televisión desde el sofá a una temperatura agradable.
La necesidad del ser humano de abrigarse llevó a coser las pieles de animales para convertirlas, por su función, en las primeras mantas de la Historia.
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Es obvio que la evolución de los tejidos a lo largo de los siglos ha generado un amplísimo catálogo de opciones, así como diversos usos específicos delimitados habitualmente por el tamaño (para sofá, coche, mascotas…).
También la expansión de los edredones ha restado protagonismo a la tradicional manta, pero, así y todo, sigue siendo un artículo que no falta en casa.
De entre las seleccionadas nos hemos decantado en primer lugar por una de cama de la marca HTE por su suavidad, su eficacia a la hora de calentar y un precio muy asequible.
No solo hay distintas opciones en función del tamaño, sino también por el tejido o material elegido para su fabricación. Destacamos los siguientes:
Hemos optado en primer lugar por una manta para cama de 135 cm (220 x 240 cm) que reúne cualidades muy a tener en cuenta.
Así, se trata de un tejido muy suave, eficaz a la hora de calentar y de un precio bastante asequible para su calidad y prestaciones.
En concreto está confeccionada con microfibra de poliéster. A las características señaladas se añade que es antideslizante e inmune a las arrugas.
Su tacto sobre la piel resulta muy agradable y, como es obvio, pese a que sus medidas se ajustan al tipo de cama mencionado, será también muy útil en veladas de invierno en el sofá frente al televisor.
Como apunte adicional, no menor en estos complementos, se lava de manera sencilla a máquina si bien hay que tener en cuenta que no es recomendable la lejía ni tratarla con secador y/o plancha.
Se distribuye en unos diez colores distintos y, además de su utilidad, es bastante decorativa gracias a su superficie mullida.
Un modelo que apuesta por el clasicismo tanto en la sencillez de su diseño como en el material de franela, uno de los tejidos más identificados con las fechas de frío que se avecinan.
Se distribuye en cuatro medidas distintas. En este caso concreto mide 150 x 200 cm, un tamaño que le hace muy versátil tanto para cama pequeña como para sofá.
Una enumeración de características pasaría por su suavidad, ligereza, calidez y buena transpirabilidad. A ello suma un precio muy económico.
Con el fin de prolongar su vida útil es recomendable en este tejido lavarla por debajo de los 30º, centrifugarla a baja velocidad y secarla también por debajo de los treinta grados.
Se ofrece en nueve colores y las cuatro medidas mencionadas.
Sensiblemente más cara que las anteriores, pero con motivos de peso que argumentan esta variación.
Se trata de una manta polar de doble cara que recurre a diversos materiales de calidad. Así, es una combinación de franela suave y lana de cordero afelpada.
La capa superior es de microfibra de vellón suave y la inferior de microfibra de sherpa calentada.
Cabe recordar que la tela sherpa es una específica para combatir el frío que supera al vellón en cuanto a poder calorífico. Está compuesta por fibras de algodón muy finas extraídas del algodón de pelusa larga.
Si la manta anterior resultaba cara sobre la media, esta alternativa ya está en otra dimensión respecto a precio. Un capricho o excelente regalo si se tiene margen económico.
Solo ya mencionar el tejido de fabricación, el apreciado y valioso cachemir, da una idea del nivel de su calidad. A ello se suma su carácter artesanal.
Esta fibra natural aporta una gran suavidad y una sensación muy agradable cuando contacta con el cuerpo.
A pesar de que pueda parecer delicada, lo cierto es que muy resistente a las manchas. Se puede lavar a mano e incluso a máquina en el programa delicado y sin centrifugado.
Damos un volantazo en el apartado de precios para terminar con un lote de cinco mantas muy básicas y baratas.
Muy adecuadas para salidas al campo o reuniones de niños y amigos. El diseño no es su fuerte, pero tampoco están ideadas para la decoración.
Fabricadas en materiales textiles reciclados con componentes como el algodón, la lana, el poliéster o acrílico.
Distinguimos algunas opciones:
Como es evidente, para qué se va a usar la manta es fundamental a la hora de decidirse por un modelo u otro.
Si se quiere para la cama las medidas han de ser las que correspondan. Nada que ver con una que se va a usar para ver la televisión desde el sofá.
Directamente vinculado al anterior aspecto. Como ejemplo práctico, una manta para una cama estándar de 135 cm debe medir 220 x 240 cm para que se pueda remeter bien y cumplir con su cometido de arropar.
Un factor muy importante para decidirse por un material u otro. Lo ideal es que sea ligera y abrigue lo suficiente en función de variaciones climatológicas.
Es decir, no es lo mismo vivir en zonas cálidas que gélidas. Que pese mucho es una incordio sobre todo si se cambia a menudo de postura.
En este apartado no habrá problemas ya que el catálogo de materiales, estampados y diseños es amplísimo. Dependerá de los gustos y del margen económico que se tenga.
Última actualización el 2024-04-29 at 05:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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