El ‘saca’, así en su versión coloquial, ha sido es y será uno de los útiles imprescindibles en los estuches escolares. Un perfecto y necesario complemento para el más antiguo de los objetos de este ámbito como el lapicero, cuyo descubrimiento data nada menos que del siglo XVI.
Como es evidente, del sacapuntas de colorido plástico o el metálico, que ya denotaba un salto cualitativo de importancia, a aquellos que aquí analizamos han una distancia sideral. En este caso se trata de dispositivos eléctricos ideados ya para otras actividades domésticas y/o profesionales.
De entre ellos nos hemos decantado por un modelo de la marca Oladwolf, con recarga a través de USB, versátil gracias a su doble orificio y muy económico de precio, aunque no sea esto último un impedimento en esta gama de productos.
Por aportar unos descriptores generales antes de esta introducción, hay que señalar que se trata de productos rápidos, fiables y seguros.
¿Por qué uno eléctrico?
Sin duda, la razón más de peso es la rapidez del afilado y la corrección del mismo. Bien es cierto que tampoco tienen que quedar mejor que si se afilan con un modelo manual.
En todo caso, y dado que tampoco se trata, en general, de dispositivos caros, todo lo contrario como ya hemos adelantado, son muy útiles para quienes usan de manera habitual estos utensilios, caso de dibujantes, estudiantes, artistas que precisen bocetos, arquitectos…etc.
También, por supuesto, para el ámbito escolar donde resulta casi imprescindible para tener a punto los lapiceros de los más pequeños.
¿Cómo funcionan los sacapuntas eléctricos?
Aunque parezca, y lo sea, una pregunta de obvia respuesta siendo eléctricos, lo cierto es que la evolución tecnológica ha diversificado si no sus funciones si la forma de recarga y mantenimiento. Por ejemplo, hay modelos que llevan un puerto USB para la batería como fuente de alimentación alternativa a las pilas.
Eficaz por partida doble: Oladwolf
Como ya hemos avanzado en la introducción, se trata de un sacapuntas versátil gracias a sus dos orificios que amplían la utilidad para distintos grosores, lleva cable con toma para ranura USB y resulta muy económico de precio.
Este doble orificio permite, por ejemplo, que se puedan afilar una caja de ceras sin esfuerzo y con rapidez. Hay que evitar caer en el ‘vicio’ de repetir mucho una labor que puede ser adictiva.
Se corre el riesgo de acortar la vida de los utensilios, aunque no falte quien lo considera una actividad muy relajante.
Con este dispositivo se corre ese peligro por su gran eficacia y rapidez en el afilado. Trae además de serie repuesto para cada uno de los dos cabezales o sea que la durabilidad es máxima.
Hay que advertir que el cable no sirve para recargar sino como enlace para el suministro de electricidad. Es decir, tiene que estar enchufado para que funcione. Y lo hace a satisfacción de los usuarios a juzgar por su respaldo.
Como en todos estos productos, hay que procurar no ‘dormirse’ mientras se afila ya que tarda pocos segundos en tenerlo listo para seguir subrayando en el cuaderno o dibujando.
Elegante y con sistema de bloqueo: Kasimir
Algo más caro que los modelos anteriores, aunque no se puede hablar con propiedad de desventaja en unos precios tan asequibles como los de esta gama.
Sobrio y elegante diseño para un dispositivo que compromete una altísima durabilidad. Incorpora una cuchilla a modo de tornillo que gira a gran velocidad y, en consecuencia, cumple en segundos con su cometido.
Fabricado en PVC está orientado a los lapiceros de diámetro más popular (8 mm) y tiene una base antideslizante que le fija muy bien a las superficies.
Lleva un sistema de bloqueo para evitar que la más que probable tentación de los más pequeños de meter el dedo tenga ‘éxito’.
Funciona con pilas que no vienen con el pedido y, por tamaño, se puede colocar en cualquier rincón de una mesa de estudio o trabajo o meterlo en un rincón de la mochila si se va a la biblioteca o a estudiar en grupo.
‘De luxe’ dentro de la gama: LDB SHOP
Siempre hay excepciones. En la media de precio de estos sacapuntas eléctricos esta es una de ellas. Sin ser un producto muy caro, sí que lo es, y mucho, comparado con la media.
Bien es cierto, que su solidez, diseño, durabilidad y versatilidad de afilado lo compensa de manera sobrada principalmente para quienes dediquen el uso de lapiceros y pinturas de esa forma a la faceta artística.
La parte mecánica donde se ubican las cuchillas está fabricada en una aleación de zinc con una hoja de metal muy sólida y duradera.
Otro de los aspectos positivos es que carga su batería de litio a través de un cable USB y que su duración es muy larga. Un modelo de luxe dentro de esta gama.
Eléctrico… o manual: Linkstyle
Una alternativa mucho más básica para cerrar, también mucho más barata. Sin alardes, pero cumplidor en varios grosores de lapicero.
Rápido, muy fácil de usar, como en norma en estos productos, fácil de desmontar y bastante seguro también para los más pequeños.
Cuenta con las dos opciones: manual y eléctrico y basta con cambiar de un lado a otro el botón. Esta versatilidad te asegura poder afilar aunque se te hayan acabado las pilas.
Qué tener en cuenta en los sacapuntas eléctricos
Grosor y forma del lápiz: La mayoría de los sacapuntas están ideados para diámetros de 8 mm, pero hay desde 9 hasta 10,5 mm e incluso con opciones para los más estrechos de 6 mm. Aunque la forma de los lápices no parece muy diversa, hay sacapuntas diseñados para determinadas formas, aunque la gran mayoría son muy versátiles.
Número de orificios: Se han extendido bastante los que incorporan dos orificios para distintos diámetros. Es un factor a tener en cuenta si se varía mucho de lapiceros, pero si se usan siempre de tipo convencional, es un detalle menor.
Tamaño: Si se va a llevar como parte del material de trabajo en salidas o viajes, mejor más pequeños. En el caso de colegios, oficinas o si se trabaja desde casa más aconsejable uno fijo aunque tenga un mayor tamaño.
Ángulo para afilar: El ángulo de afilado según el uso que se haga del lapicero. No es el mismo para subrayar que para dibujar. Se pude necesitar más o menos afilado, es decir, que muestre más o menos el grafito interior. También hay que tener en cuenta el papel en el que se van a plasmar los trazos. Los sacapuntas eléctricos afilan en todo caso en varios ángulos.
Fuente de alimentación: Ya hemos aludido a este punto: red eléctrica o pilas en la mayoría de los casos y cada vez más con puerto USB.
Seguridad: Cuando hay cuchillas por medio, y más si puede haber también niños, un aspecto a tener muy en cuenta. En consecuencia, resulta habitual que incorpore un sistema de seguridad que bloquee su uso, por ejemplo, cuando el sacapuntas esté abierto.
Capacidad de depósito: Tampoco es un factor determinante ya que no genera muchas virutas el afilado. En todo caso, en los fijos el tamaño es mayor y habrá que vaciarlo con menor frecuencia. Son de plástico transparente para conocer el volumen de sobras que se van acumulando.
Sacapuntas eléctricos: Repuestos
- Fundamentalmente pilas (dos o cuatro) si no son de red o batería cargada a través de un puerto USB y, más complicado, un juego de cuchillas de repuesto.
- Este último cambio, evidentemente mucho menos habitual, requerirá el uso de un pequeño destornillador.
- También existe la posibilidad de que este proceso de recambio se lo realicen en alguna papelería o local especializado.
Mantenimiento de los sacapuntas eléctricos
- Muy escaso. Aportamos dos precauciones.
- No forzarlo si el diámetro no se adapta.
- Abrirlo de vez en cuando para limpiar las cuchillas.
Última actualización el 2024-12-10 at 09:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Tabla de contenidos
- 1 ¿Por qué uno eléctrico?
- 2 ¿Cómo funcionan los sacapuntas eléctricos?
- 3 Eficaz por partida doble: Oladwolf
- 4 Elegante y con sistema de bloqueo: Kasimir
- 5 ‘De luxe’ dentro de la gama: LDB SHOP
- 6 Eléctrico… o manual: Linkstyle
- 7 Qué tener en cuenta en los sacapuntas eléctricos
- 8 Sacapuntas eléctricos: Repuestos
- 9 Mantenimiento de los sacapuntas eléctricos