La cocina es un lugar de placenteras sensaciones encontradas. En el caso de las tartas, hay un molde específico para cada preparación. Los expertos nos van a orientar y ayudarán a elegir el que mejor se adapte a cada elaboración.
¿Por qué un molde para tartas?
No todas las preparaciones de repostería se pueden hacer en cualquier molde.
Dependiendo su forma o su altura lograremos un buen cocinado o incluso una buena presentación, factores además claves en éste tipo de recetas.
Lo normal es que en la cocina, nos defendamos con lo que tenemos más a mano, claro que cuando comparamos las preparaciones, siempre tienen mejor acabado cuando utilizamos utensilios específicos.
El horneado y el cocinado, nos partes decisivas del proceso de elaboración de cualquier receta.
Muchas veces si confundimos ingredientes u olvidamos alguno podemos redescubrir una receta nueva.
En cambio una falla en la cocción puede dar un plato que no esté acabado o por el contrario demasiado cocido. Al paladar, esto no le resulta agradable.
Dentro del mundo de la cocina, la repostería es una de las ramas más complejas y depende en gran medida de la precisión, tanto de los ingredientes, como de la preparación y del horneado.
Por ejemplo, el horneado de bizcochuelos, necesita de un molde que asegure calor rápido, equilibrado y constante para poder esponjarse adecuadamente.
Utilizar el molde que mejor se adapta a cada preparación es lo ideal si pretendemos obtener buenos cocinados y buenas presentaciones, no es casual que en recetas de éste tipo, se detalle específicamente el molde y la temperatura de cocción.
De teflón: Kitchencraft Master Class
Los fabricantes de los robots de cocina de alta gama KitchenAid, también fabrican sus propios accesorios como el molde para tartas Master Class; remitiéndonos a la marca nos haremos una idea de la muy buena calidad de fabricación del molde.
Fabricado en teflón, con el respaldo de estar libre de PFOA y PTFE, dos químicos que se suelen utilizar para adherir el material antiadherente y que tienen efectos nocivos para la salud por ser tóxicos.
Redondo, de unos 20 cm de diámetro y de alrededor de 7,5 cm de alto, ideal para cocinar bizcochos esponjosos.
Esta medida es ideal, porque permitirá que el bizcocho nos dure de tres a cuatro días sin perder humedad.
Claro que si nuestra familia es números, podremos hacernos con el mismo molde de 23 y32 cm de diámetros. Si por el contrario lo buscamos más pequeño, encontraremos de 11 y 15 cm de diámetro.
Su cierre es de apertura lateral sencillo de manipular y desmoldar las tartas será una tara más que fácil.
Al comienzo de su uso, puede que la apertura y cierre nos cueste un poco, pero se debe a que es nuevo y luego con el correr de los usos se irá ablandando el cierre, sin perjudicar el hermetismo del molde.
El cierre hace que el molde quede cerrado por su base de manera hermética, el encastre de la base al borde es perfecto y no tendremos problema en volcar las preparaciones, debido a la experiencia en cuanto a diseño y calidad que la marca tiene en su haber.
No tendremos dificultad al lavarlo, no sólo porque toda su superficie sea lisa, sino porque además la calidad del material antiadherente hace que no quede ningún resto de masa adherido.
Para asegurarnos la durabilidad de éste tipo de molde, recuerden que lo ideal es lavarlo a mano con una esponja que no le provoque ralladuras.
Cerámica y silicona: Lékué Duo
Lékué es una marca con una cierta trayectoria en moldes y otros tipos de utensilios de silicona, en este caso han diseñado un molde combinando la silicona con la cerámica que brinda unos resultados llamativos.
Su base es de cerámica, un material que tarda bastante en absorber el calor, por otro lado la silicona no es tan buena conductora del calor; si lo vamos a utilizar para tartas que no necesiten tanto de la humedad y sean más bien secas o crocantes, es una buena opción.
Por su cierre y su lateral de silicona, es un molde apto para tartas como el Chessecake, pero no funciona tan bien en bizcochuelos.
El cierre ente la silicona y la cerámica si bien es hermético, no llega a ser como uno de aluminio o acero inoxidable; así que si estamos pensando en preparaciones muy líquidas y abundantes, lo más probable es que comencemos a perder líquido por la base.
Si por el contario, nuestra tarta tiene una base de masa más bien sólida y compacta, este molde nos vale sin problemas.
Los laterales de silicona lo hacen apto para la cocción de horno, pero también para el tipo de tartas que luego necesitan de un relleno sin cocinado.
Este tipo de rellenos, suele ser mucho más blando que otros de horneado, y por lo tanto más frágiles.
El bode de silicona permite que lo retiremos de forma paulatina, evitando que los laterales del relleno blando se dañen y por consiguiente estropeando la presentación.
Su cierre también es lateral, pero a diferencia de un sistema de gancho de presión como el Kitchencraft, éste basta con levantarlo o bajarlo para su cierre y apertura, requiriendo un poco menos de esfuerzo.
No necesitamos trasladar la tarta de un molde a un plato, podremos servirla directamente en la base cerámica.
Es un molde más sofisticado y se nota en su precio, por encima de los 20 €.
Mucho diseño: NordicWare Heritage Bundt
Para los fanáticos de los budines, tartas cremosas o flanes, definitivamente éste es su molde.
La marca se apodero del nombre “Bundt” que se refiere a un tipo de bizcochuelo más parecido a un budín y que en su preparación suele llevar agregados como pasas o frutas disecadas, frutos secos, trozos de chocolate, etc.
De todas formas los diseños de la marca son estupendos y aunque no lo parezca, el Heritage es uno de los más sencillos.
Las preparaciones resultantes son muy vistosas, si no somos muy hábiles con la decoración, con éstos moldes basta con desmontarlos, agregarles un poco de azúcar glass y a la mesa.
No lleva sistema de cierre porque su diseño no lo permite, así que si vamos a utilizar moldes de éste tipo, mejor que tengan un buen antiadherente como es el caso del NordicWare, de lo contrario desmoldarlos o limpiarlos, será una verdadera proeza.
La desventaja, es que debido a su plus de diseño y su calidad, son moldes caros pudiendo sobrepasar los 40€; claramente no son moldes pensados para usarlos una sola vez y olvidarnos que lo hemos comprado.
El clásico: Pyrex Classic
No puede faltar en nuestras cocinas un molde de éstos, son un clásico. Han estado en la cocina de nuestros abuelos, padres y la nuestra no puede ser la excepción.
Todoterreno, es en una palabra los que los define. Está fabricado en vidrio de borosilicato y por eso soporta perfectamente los cambios de temperatura, siendo válido para horneados a temperaturas elevadas.
Son moldes rígidos y no podremos valernos de ellos si pretendemos desmoldar una preparación, siendo más bien aptos para tartas saladas.
Dependerá mucho del tipo de preparación, pero no son moldes en los que la comida suele pegarse, de hecho con masas hojaldradas van estupendamente.
Lo bueno de éste tipo de moldes es que nos sirven para presentar las preparaciones en la mesa: colocamos los ingredientes, los horneamos y tal como los sacamos, los servimos como si fuera una fuente.
Una gran ventaja, es que con el molde Pyrex nos olvidamos de fregar a mano, soportan perfectamente los sucesivos lavados en el lavavajillas.
Versátil: Ballarini Linea Patisserie
Por su versatilidad dos en uno, los expertos han elegido el molde Ballarini de la línea Patisserie.
Su material antiadherente es de muy buena calidad, puede valernos tanto para bizcochos como para roscos, puesto que su base es intercambiable.
Una de ellas tiene la chimenea tan necesaria en algunas preparaciones muy líquidas, en las que necesitamos mucho calor por fuera pero también por dentro, si pretendemos que salgan cocidas, húmedas y esponjosas.
De cierre lateral y desmontable por su base. A diferencia del Kitchencraft, el lateral se monta sobre la base, y no es el lateral el que envuelve a la base.
Esto puede generar alguna confusión y pensar que es un molde ideal para preparaciones muy líquidas, pero no es así, y el peso del propio líquido puede hacer que la preparación se filtre por la base.
En esos casos, lo mejor siempre es un molde completamente cerrado.
Su tamaño es de 33,4 cm de diámetro, pudiendo conseguirlo también en diámetros de 31,7 y 29,5 cm.
Molde para tartas: Recomendaciones
Como ya mencionamos anteriormente, cada molde tendrá destinada una preparación y un horneado. En los siguientes puntos vamos a encontrar un mejor detalle sobre cada una de estas cuestiones.
Forma del molde
Los moldes redondos son los más clásicos, los que nos retrotraen la nuestra infancia porque son las más utilizados para hacer los típicos bizcochos.
Una variante de los moldes redondos, son los ovalados o semicirculares, que incluyen un hueco a modo de chimenea en el medio, para cocinados de bizcochos suaves o flanes.
Los de forma cuadrada, suelen utilizarse para bizcochos también, pero sobre todo en fiestas infantiles porque permiten cantidad y al partirlos obtener porciones iguales para repartir.
Los rectangulares son ideales para budines o plum cakes, puesto que son preparaciones pensadas para horneados en recipientes pequeños.
Los moldes múltiples se utilizan en preparaciones simultáneas como galletas, cupcakes, muffins o magdalenas; también en éstos casos se pueden utilizar pequeños moldes individuales montados sobre una bandeja.
Los que carecen de base, son más utilizados para el armado de preparaciones más que para su cocinado, puesto que permiten montar la preparación y quitarlo con la forma final que queremos darle, o cortar la forma para luego hornearse, tales son los casos de los moldes para tartar o galletas.
Altura del borde
Si vamos a preparar tartas rellenas como un Lemon pie o una Chessecake, tendremos que hacernos con un molde de baja altura, puesto que son preparaciones que simplemente su base contendrá el relleno de la tarta y el resto de la altura se la aportará el resto de los ingredientes que se agregan por sobre el molde.
Si bien existen moldes de éste tipo lisos, generalmente vamos a encontrarlos con ondulaciones, porque le aportan estética a la tarta.
Los moldes de capas con alturas de alrededor de 4 cm, son los más utilizados para cortar luego en capas y rellenar, porque es el propio relleno el que terminará dando una altura mayor a la tarta. Es común además jugar con los diámetros de este tipo de moldes, para crear las famosas tartas de varios pisos.
Por sobre los 4 cm, son los moldes más comunes utilizados en la preparación de bizcochos, tratas de zanahorias y similares, porque no es necesario rellenarlos, los ingredientes de la masa en sí, son los que hacen a la tarta.
Material del molde
Los más clásicos son los de aluminio, porque es un material que transmite muy bien el calor, aunque no es muy recomendado en la cocina porque con el uso pueden migrar componentes del material a los alimentos, si vamos a utilizar éstos moldes, mejor que sean de aluminio anodizado.
Los más comunes son los que cuentan con alguna superficie antiadherente, que brindan la satisfacción de que la preparación saldrá intacta, puesto que no se pega ni al borde ni a la base durante su cocinado, facilitando que las tartas se desmonten fácilmente.
Para hacernos con un molde de éstos, el material antiadherente tiene que ser de muy buena calidad, porque a lo igual que sucede con el aluminio, frente a las altas temperaturas el material antiadherente de mala calidad puede degradarse y migrar a los alimentos.
Por éste motivo, muchos prefieren los moldes de acero inoxidable, material noble para la cocina si los hay, junto con el hierro o acero esmaltado, pero en éstos últimos hay que tener mucho cuidado porque cogen calor muy rápidamente y si no estamos pendientes podemos estropear la cocción.
Incluso en ciertas preparaciones nos puede valer algún molde de vidrio, claro que desmontar un molde de vidrio no es posible y además no suele ser un material que trasmita el calor de forma pareja, pero para tartas saladas son ideales porque mantienen muy bien el calor, podremos llevar el molde a la mesa para servir y asegurarnos que la comida se mantendrá caliente.
Otra variante parecida al vidrio son los moldes de porcelana o cerámica de gres, resistentes a los cambios bruscos de temperatura, pero tardan más que otros moldes en absorber el calor, y no retienen la temperatura por mucho tiempo una vez fuera del horno.
La cocina no está exenta de los avances en tecnologías y materiales, desde hace algún tiempo vemos los moldes de silicona, cuya gran ventaja es no necesitan ni mantequilla ni aceite para evitar que las preparaciones se peguen, haciendo la cocina mucho más saludable, además son muy sencillos de lavar y ocupan poco espacio; claro que los puristas de la cocina no son muy amigos de éste tipo de moldes plásticos.
Si no nos gusta estar lavando, podremos valernos de moldes de papel aluminio, que son de usar y tirar, pero no son aptos para todas las preparaciones.
Sistema de desmonte lateral o por la base
Cuando las tartas tienen masas muy frágiles o que solo se trata de una base y un borde que luego rellenaremos, lo ideal es que puedan desmontarse lateralmente para no hacerle daño a los bordes de la tarta y conservar el molde de masa lo mejor posible.
En otros moldes, la base se encastra a los laterales, y para desmontarlo bastará con algún leve movimiento ascendente para separar la base con la tarta, del borde. Para bizcochos o tartas más compactas pueden utilizarse sin problema, porque su masa cocida es más resistente a los movimientos que hagamos con el molde para desmontarla.
Lisos o con diseños
Para las bases de pasteles o un bizcocho sencillo, bien nos valen los moldes lisos puesto que son como hojas en blanco sobre las cuáles podremos crear la tarta que queramos.
Los moldes con diseños incorporados, suelen utilizarse para presentar budines para un té o un bizcocho por la tarde para los pequeños.
Si no manejamos muy bien la decoración, sin una buena solución, porque no dependen de ningún agregado, solo basta con la forma del molde.
También es muy común utilizarlos en la preparación de gelatinas, porque la forma combinada junto al color le aporta diseño al plato.
Algunos consejos para cuidar un molde para tartas
- Aceitar, enmantecar, enharinar muy bien todo el molde, incluso puede valernos un spary.
- Si al hornear el molde se apoya en una rejilla, mucho mejor que si se apoya en una bandeja, porque permitirá una mejor llegada del calor.
- Para desmoldar, mejor esperar unos 10 minutos a que la preparación se asiente y se vaya un poco el calor.
- Los moldes metálicos o con antiadherencia, mejor lavarlos a mano con alguna esponja suave, que en el lavavajillas, los detergentes que utilizan estas máquinas pueden deterióralos en los sucesivos lavados.
- Si no tenemos claro que capacidad ocupara nuestra preparación y por lo tanto no sabemos que molde utilizar; lo ideal es sumar todos los gramos de los ingredientes de la receta, y pasarlos a litros (1 ml = 1 gr / 100 ml = 100 gr / 1 litro = 1 kg) o a centímetros cúbicos (1 cm³ = 1 gr = 1 ml); puesto que son las medidas de capacidad que suelen utilizarse en los moldes.
Última actualización el 2024-10-07 at 17:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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