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¿Qué es el ‘digiscoping’?

¿Qué es el ‘digiscoping’?
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’Digiscoping’ es una técnica nueva de fotografía digital que se realiza casi siempre a gran distancia y que se consigue con la combinación de dos equipos ópticos que permiten unas distancias de visión y una calidad de imágenes hasta hace poco desconocidas.

El ‘digiscoping’ es la unión de una cámara con un telescopio para conseguir un potente equipo fotográfico, capaz de aproximar al fotógrafo a cualquier objeto o sujeto, hasta límites que hace pocos años eran impensables.

La longitud focal del ‘digiscoping’ no tiene comparación con los teleobjetivos tradicionales y permite observar desde la distancia a cualquier especie animal en su hábitat natural, sin afectar su comportamiento, ya sean insectos, pequeños y grandes mamíferos o toda clase de aves.

El término digiscoping viene de los vocablos ingleses “digital”, en referencia a las cámaras digitales, y “spotting scope”, referido a telescopio terrestre. Y el inventor de la palabra con la unión de ambos términos fue el ornitólogo aficionado Alain Fosse, nacido el 29 de noviembre de 1956 en Le Mans.

Pero realmente su descubridor fue Laurence Poh (de origen Malasio), quien entre los años 1998 y 1999 vio las posibilidades que le ofrecía su cámara compacta digital acoplándola a su telescopio terrestre para la observación de aves.

Y es que la técnica de este ‘invento’ tan revolucionario como simple consiste en unir una cámara digital, réflex o compacta, con un telescopio terrestre (o incluso algunos astronómicos), utilizando entre ambos elementos el propio ocular del telescopio.

Esta unión de equipos ópticos da lugar a una explosión de zoom. Porque los aumentos del telescopio (de 20 a 75) se unen al zoom de la cámara digital dando lugar a alcances focales de entre 1.000 y hasta unos 4.000 mm., que convierten la cámara en un Super Teleobjetivo

Así, un ave o un animal observados con un aumento de factor 20x, parecen estar 20 veces más cerca de nosotros. Pero si en vez de nuestro ojo ponemos detrás del ocular del ‘telescopio’ una cámara digital, con un aumento a su vez de factor 20x, la distancia focal del objetivo de la cámara no se sumará, sino que se multiplicará.

Lo peor

La principal desventaja del ‘digiscoping’ es la dificultad de conseguir fotos totalmente nítidas, ya que enfocar bien no es nada sencillo. Y encima, al hacer fotos con focales tan largas cualquier vibración pequeña afecta enormemente a la calidad de la imagen, lo que estropea las fotos.

Por eso en el ‘digiscoping’ es tan importante unir al equipo un soporte de cámara con disparador remoto.

También presenta esta fórmula un problema de tiempos. Porque en el ‘digiscoping’ siempre tenemos que enfocar de manera manual, lo que hace que el proceso de sacar la foto sea más largo.
Y si además le sumamos el retardo que tienen algunas cámaras, puede ocurrir que cuando apretemos el disparador nuestro pájaro haya volado, o nuestro animal se haya ido.

A tener en cuenta

Lo que sí es muy importante es que no todas las cámaras del mercado son adecuadas para ensamblar a un telescopio. Muchas de ellas no sirven porque producen imágenes con ‘viñeteo’, es decir, con un círculo negro alrededor. Este molesto efecto se debe a la interposición de elementos que afectan al campo de visión del ocular.

Métodos de acoplamiento

Existen tres métodos diferenciados de acoplamiento:

  • Método afocal: Es el más popular y consiste en unir la cámara compacta o réflex (con su propio objetivo) al ocular al telescopio terrestre. Para ello necesitamos un adaptador que podemos comprar con facilidad, ya que lo ofertan la mayoría de fabricantes de telescopios.
  • Método a foco primario: Es un método aceptado como parte de esta técnica, pero no se considera estrictamente ‘digiscoping’, pues no utiliza un ocular propiamente dicho. Consiste en adaptar el cuerpo del telescopio sin ocular y fundirlo con el cuerpo de una cámara réflex sin objetivo. Con ello se consigue una conexión directa mediante un adaptador específico (photadapter) pero lo que realmente hace es convertir el telescopio en un objetivo específico de la cámara. Y no multiplica, con so que se consigue menos aumento.
  • Método por proyección por ocular. La versatilidad que estos tres métodos ofrecen, aporta una gran variedad de equipos con los cuales trabajar.

Equipamiento

Existen muchas cámaras con capacidad de hacer ‘digiscoping’ y múltiples modelos y gamas de adaptadores y telescopios.

Marcas tan prestigiosas como Nikon, Zeiss, Swarovski o Leica tienen dispositivos adaptadores para cámaras.

Por lo que respecta a las cámaras, las réflex digitales son las más utilizadas actualmente para el ‘digiscoping’, ya que son más ligeras y asequibles. Y aunque tienen la parte negativa de la pérdida de aumentos, aportan una calidad fotográfica mucho mayor que las compactas.

En cuanto a cámaras compactas, aquellas que tienen un zoom óptico de 4 aumentos son las más aconsejables por los expertos.

Las cámaras micro Cuatro Tercios, una mezcla que aúna las características de las réflex (objetivos intercambiables y calidad fotográfica) con la ligereza y diseño de las compactas, también son una excelente opción tanto si utilizamos sistema afocal como si apostamos por el foco primario.

En cuanto a los telescopios terrestres, los más utilizados son los que ofrezcan una mayor luminosidad, con un diámetro de entre 100 y 85 milímetros.

Hay dos versiones distintas de telescopios: rectos o acodados. Para ‘digiscoping’ el más aconsejable es el acodado con un ángulo de 45 grados. Porque con él se puede montar el trípode a menor altura, lo que permite tener mayor estabilidad y comodidad en la toma de fotografías y vídeos.

Los oculares de los telescopios, por otra parte, pueden ser fijos (20, 30 o 40 aumentos) o pueden tener zooms de 25-50 o 20-60. Mayoritariamente se usan oculares con zoom, pues son más versátiles y ofrecen más posibilidades.
Para hacernos una idea de lo que necesitaríamos, debemos saber que si acoplamos una cámara compacta de 4X a un telescopio de 60X, podemos llegar a obtener unos aumentos máximos de 240x. Pues bien, esto equivale a una focal de 12.000 milímetros en la fotografía convencional: un nivel de acercamiento casi impensable.

Aun así, no es aconsejable ir más allá de 40x en los aumentos del ocular, pues perderemos calidad y mucha luminosidad. Con un ocular a 20x y el objetivo a 4x, tenemos un equivalente a una distancia focal de ¡4.000 milímetros! Lo que ya está más que bien.

No debemos olvidar que para hacer ‘digiscoping’ es muy importante llevar algún trípode, lo más fuerte y estable posible, y disparadores eléctricos a distancia para evitar imágenes movidas y desenfocadas.