
Sin darnos cuenta, solemos someter nuestro cuerpo a malas posturas, al pasar muchas horas frente al ordenador, al agacharnos de forma incorrecta, al sentarnos con la espalda curvada, etc.
También es común que al realizar malos movimientos o si practicamos algún deporte, las contracturas y demás lesiones aparezcan con facilidad.
Las pomadas y cremas musculares no siempre tienen el efecto inmediato o total que esperamos y por eso el calor de una almohadilla eléctrica se convierte en un buen aliado para aliviar el dolor. Los expertos han sometido al uso algunas de ellas y, entre otras, nos recomiendan la Beurer Basic.
¿Por qué una manta eléctrica?
Cuando vemos al especialista, es frecuente que ante una lesión o un dolor nos recomiende que apliquemos frío o calor en la zona, dependiendo de la dolencia que experimentemos. Al tratarse de una contractura muscular, entre las indicaciones suele estar presente la aplicación de calor en la zona, puesto que distiende los músculos y ayuda a relajarlos.
El calor disminuye la rigidez de los músculos ya que dilata los vasos sanguíneos aumentando el flujo de sangre en la zona con dolencia, y brindándole a los músculos el oxígeno y nutrientes necesarios para recuperar su flexibilidad.
Las almohadillas eléctricas ayudan con la tarea de aplicar calor en la zona, porque simplemente lo producen a partir de estar conectadas a la energía eléctrica. Una resistencia en su interior es la encargada de generar éste calor. Es una manera simple y sencilla de tener un buen fisioterapeuta siempre a disposición cada vez que lo necesitemos.
Podremos tratar con ellas dolencias como artrosis, tendinitis, lumbalgias, ciáticas, dolores menstruales, reumatismos, calambres, etc. No deben entenderse como una cura, sino como un método que ayuda a aliviar el dolor durante la recuperación si es que esta existe.
Son muy útiles frente a ciertas lesiones deportivas e incluso antes de los entrenamientos, puesto que ayudan a calentar los músculos y evitar espasmos. Si por el contrario no tenemos ninguna lesión pero si las tan poco deseadas “agujetas”, el calor hace que la acumulación del ácido láctico (causante del dolor) disminuya.
También es cierto que, aunque no son lo suficiente grandes como las mantas eléctricas, nos pueden servir para calentar ciertas zonas de la cama antes de irnos a dormir o colocarla entre la toalla que utilicemos luego del baño, sobre todo en invierno.
¿Qué tipos de almohadillas eléctricas hay?
Algunas almohadillas podrán tener más o menos características dependiendo el modelo y la marca, pero la gran diferencia entre ellas se debe a su forma, ya que dependiendo de cómo ésta sea serán mejor para una u otra zona del cuerpo.
Rectangulares: se utilizan de forma general pero sobre todo en la zona de la espalda, las piernas, los brazos y el abdomen. Son las más comunes y dependiendo la marca, incluso las más económicas.
Para dolores cervicales y de espalda: las almohadillas en forma de chaleco se adaptan cubriendo la totalidad de la espalda, en cambio las de cervicales tienen un diseño que permite adaptarse por completo a todo el cuello y los hombros. Generalmente, llevan tiras elásticas que ayudan a la sujeción de la almohadilla al cuerpo.
Para las lumbares: Un poco más largas que las rectangulares, permitiendo abarcar por completo la zona. Suelen ser muy utilizadas en casos de pinzamientos y lumbagos.
Aspectos a tener en cuenta en una almohadilla eléctrica
No todas las almohadillas tienen la misma medida y el mismo formato. Las más comunes son las que tienen forma rectangular, generalmente de 30 x40 cm; pero ya sabemos que hay otras específicamente diseñadas para la zona lumbar o la cervical y cuya principal ventaja es aplicar el calor de manera más localizada.
Para poder generar el calor, la almohadilla se vale de la electricidad, esto hace que cada modelo tenga una potencia en particular, pudiendo obtener en menor tiempo mayores niveles de temperatura; también es cierto que habrá que tener en cuenta que cuantos más vatios tenga mayor será su consumo eléctrico, en general entre 50 y 120 W. Lo ideal es encontrar un balance entre una potencia elevada y un menor consumo asociado.
La terapia con estas almohadillas consiste en la aplicación de calor, permitiendo que los músculos se relajen aliviando así las dolencias. En la mayoría de los modelos, el calor se regula mediante un selector de temperatura, de esta manera podremos elegir aquella que mejor se adapte a nuestra tolerancia, o incluso utilizarlas a baja temperatura en verano, ya que dolencias podemos tener todo el año.
Lo ideal es que la temperatura se alcance en poco tiempo, para notar los efectos del calor y aliviar la dolencia lo más pronto posible. Igual de importante es que se distribuya de manera uniforme por toda la almohadilla para asegurarnos de que el calor llegue con la misma intensidad a toda la zona de dolor.
El material de la funda de la almohadilla no solo nos brindará confort durante su uso, sino que al mismo tiempo conservará mejor o peor el calor, o hará que la almohadilla sea transpirable o no. Los tejidos sintéticos suelen ser transpirable y conservar mejor el calor, aunque al no ser tolerados por todas las pieles, hay otras opciones con fundas de algodón.
Sea cuál sea el material de la funda, lo ideal es que podamos retirarla para poder lavarla. No es así en todos los modelos, así que si pretendemos utilizar cremas o lesiones para tratar la zona junto con el calor, que la funda sea lavable es casi un imprescindible.
Si pretendemos utilizar la almohadilla en una zona en la cual quizás no se pueda apoyar sin que al movernos se resbale, hay algunos modelos que traen unas cintas de sujeción, que permiten sujetar la almohadilla y cambiar de posición con toda facilidad.
La seguridad no es un tema menor, tratándose de un aparato que va conectado a la corriente eléctrica, genera calor y además está en contacto con nuestro cuerpo. Por ejemplo, la función de apagado automático hace que al cabo de un tiempo la almohadilla se desactive, evitando así que siga generando calor sobre la zona y previniendo posibles quemaduras o incluso incendios, si por algún descuido la dejamos sobre el sofá.
La mejor manta eléctrica: Beurer Basic
Si tuviéramos que pensar en una marca que fuera sinónimo de cuidados en la salud, sin duda una de ellas sería Beurer. Del tipo de almohadillas rectangulares con medidas de 44 x 33 cm, que permite abarcar la zona de la espalda, piernas, brazos y abdomen sin problema.
Lo que más les ha gustado a los expertos es la textura acolchada de la almohadilla, muy suave pero al mismo tiempo confortable. Las puntas redondeadas y ribeteadas, evitan roces molestos y contribuyen al confort durante su uso. Incluso el material es transpirable.
Su potencia de 100 W es más que suficiente para que coja temperatura en poco tiempo. Algunos expertos sostienen que las temperaturas de la almohadilla no son muy altas pero que son suficientes para aliviar dolores, ya que hay otros modelos con temperaturas mucho más elevadas, pero que su uso a elevadas temperaturas puede no ser placentero.
Gracias al mando incorporado, podemos ir regulando la temperatura durante el uso; sobre todo porque al principio puede que optemos por temperaturas altas, pero luego al ir acumulando calor en la zona seguramente bajemos la potencia de la almohadilla. Además, podemos adaptar la temperatura de acuerdo a nuestra propia sensibilidad corporal.
La seguridad es algo que la marca siempre contempla en sus productos y la almohadilla no es la excepción, al cabo de 90 minutos de uso se desconectará de forma automática gracias a la tecnología BSS (Beurer Safety System), evitando así quemaduras en la piel o accidentes producidos por exceso de calor. Para aquellos que estén pensando en utilizarla al momento de ir a la cama, gracias a ésta tecnología pueden hacerlo sin ningún problema.
No importa cuán alejado tengamos el enchufe, gracias a su cable de 2,30 mts tendremos distancia más que suficiente para conectarla a cualquier interruptor.
Una de las ventajas es que la almohadilla es lavable a máquina gracias a su cable extraíble, y para ello debemos utilizar programas cuya temperatura no supere los 30º; algo que se agradece dado su color claro que es mucho más proclive e ensuciarse con facilidad.
Su precio es de alrededor de 20€, muy económica tratándose de una almohadilla de una buena marca.
Otras opciones
DAGA
Con el respaldo de otra buena marca española, DAGA ha diseñado esta almohadilla para todos aquellos que necesiten alivio corporal.
Sus medidas son de 70 x 46 cm y permite ajustarse perfectamente alrededor de nuestro cuerpo. Además, el material con el que está confeccionada es muy suave al tacto.
Tiene una buena potencia de 120 W, más que suficiente para aportarnos calor en la zona dolorida sin llegar a quemarnos. Incluso cuenta con un mando que nos permite seleccionar entre tres niveles de temperatura.
La seguridad no debe preocuparnos, puesto que también cuenta con apagado automático al cabo de 8 horas de uso, y una disminución de la temperatura a los 90 minutos. También es apta para la lavadora.
El precio de esta almohadilla ronda los 60€, algo cara pero sin duda una buena opción que durará muchos años.
Ufesa AL5544
Si preferimos una opción similar a la Bosch, pero que sea lavable, entonces tendremos que optar por la almohadilla Ufesa, aunque para ello debemos estar dispuestos a pagar los 40 € para hacernos con ella.
Su ancho es un poco menor, pero su largo un poco mayor en comparación con la Bosch, de unos 56 x 40 cm aunque de todas formas se adapta a la zona lumbar sin problema.
Muy suave al tacto gracias a la funda polar en su parte exterior, pero lo suficiente elástica por su cara interior para que podamos movernos con ella puesta. Incluso la medida de su cable es de 2,4 metros dándonos más libertad de movimiento.
Con una potencia de 100 W más que suficiente para distribuir el calor de forma homogénea, podremos seleccionar la temperatura que más nos guste gracias al selector de tres niveles; además al cabo de 90 minutos se apaga automáticamente como medida de seguridad.
Como accesorio extra incluye una bolsa de guardado, que viene muy bien si nuestra intención es llevarla con nosotros en los viajes.
Medisana
Si por el contrario, padecemos dolor en la zona cervical más que en la lumbar, entonces nos conviene optar por esta almohadilla Medisana.
Al colocarla ocupará gran parte del cuello, hombros y la mitad superior de la espalda. No cuenta con velcro ni bandas elásticas, sino que se sujeta por medio de un botón que permite regular el cierre de la almohadilla para que se adapte a nuestro cuerpo.
Podremos regular la temperatura de acuerdo a 6 niveles, el doble de opciones que en el resto de las almohadillas. Para los expertos esto es un gran detalle, puesto que es muy complicado manejar altas temperaturas en zonas tan cercanas a la cabeza, una excesiva aplicación de calor puede ocasionar dolores de cabeza. Tener la posibilidad de regular ampliamente la temperatura que mejor se adapte a nuestro cuerpo, es algo que se agradece.
De todas maneras, cuenta con apagado automático a los 90 minutos, por si nos relajamos demasiado y nos olvidamos que la llevamos puesta.
Es muy suave al tacto y cuenta con la gran ventaja de que se puede lavar en la lavadora.
El cable nos dejará movernos sin problema en un espacio reducido, su longitud es de unos 2,20 metros.
El precio de la almohadilla es un poco superior al resto, rondando los 35 €.
Hosome
Si nuestros dolores se turnan la espalda, estando presentes un día en la cintura y al otro en los hombros, lo mejor es hacernos con una almohadilla para la espalda como la de Hosome.
En general su tamaño abraca desde la parte alta del cuello hasta la parte más baja de la espalda, dependiendo claro, del cuerpo de cada uno. Para que tengamos una idea más aproximada sus medidas son de 60 × 90 cm.
Tanto la textura suave al tacto, el acolchonado e incluso el acabado ribeteado es muy similar a la Beurer, haciendo toda una experiencia de confort su uso. Se sujeta a nuestro cuerpo mediante unos botones en la parte del cuello, y con una cinta para la cintura. Algunos expertos sostienen que en la parte de los hombros, la almohadilla no queda del todo adherida al cuerpo, haciendo que se pierda un poco de calor y que la zona no reciba la temperatura de forma uniforme.
Su potencia de 100 W permite seleccionar mediante el mando entre 6 niveles de temperatura, y podemos ver que temperatura hemos seleccionado en el visor LED que trae incorporado el mando; algo que se agradece sobre todo para su uso por la noche o para las personas cuya vista no les permite ver los números con total facilidad. Al igual que el resto de almohadillas cuenta con apagado automático al cabo de 90 minutos.
Su cable de 2,5 metros es extraíble, haciendo que la funda de la almohadilla se pueda lavar sin ningún inconveniente en la lavadora.
El precio de esta almohadilla es algo elevado, ya que casi alcanza los 40€.
Última actualización el 2023-09-22 at 08:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados