Hablar de prismáticos obliga a usar el plural no solo por su denominación sino por su diversidad de tipos y especificidades.
En este caso nos vamos a centrar en aquellos de mayor potencia: lentes ideadas para ver a larga distancia, tanto como para contemplar los cráteres de la Luna.
Incluso estos binoculares de largo alcance no conforman una categoría única, ya que, dentro de ellos, hay subgrupos en función de su especialidad (los astronómicos, por ejemplo).
De entre los seleccionados, optamos por un modelo 12×50 de la marca Slopehill por su buena visión, su manejable tamaño y un precio más que económico.
Antes de entrar en detalle, debemos dejar claro que elegir un dispositivo con un mayor número de aumentos no tiene por qué ser siempre la mejor opción.
Qué son y para qué sirven
Con carácter genérico se puede definir a los prismáticos como dispositivos ópticos usados para acerar y ampliar la imagen de los objetos que están lejos.
A diferencia del monocular o el telescopio, que cumplirían la misma función, los prismáticos (también conocidos como binoculares o gemelos) provoca el efecto de estereoscopia en la imagen.
¿Y qué es la visión estereoscópica? Pues una facultad físico-psicológica que tiene el ser humano y que le permite ver en tercera dimensión aquellos objetos que contempla mediante su visión binocular. Esto acontece, por ejemplo, a través de estos dispositivos.
Principales características
En este apartado Nos referiremos a tres indicadores que debemos tener muy en cuenta en estos dispositivos ópticos.
Luminosidad
Para que los prismáticos de largo alcance tengan buena luminosidad es necesario que cuenten con una gran apertura. Como es lógico, a mayor diámetro de apertura, más luz entrará.
Estas capacidades cuentan con su traducción numérica. Así, todos los binoculares cuenta con una referencia separada por una ‘X’. El primero de los números indica los aumentos y el segundo el diámetro de cada una de sus lentes.
La combinación entre ambos números determina el tamaño de la pupila de salida, que es un pequeño círculo que se puede ver en los oculares (por donde se mira). Cuanto más grande sea esa pupila de salida, más luz llegará.
La medida de la pupila se calcula mediante la división de la apertura entre los aumentos. Por ejemplo, si unos prismáticos tienen 42 mm de medida de su objetivo y 10 aumentos, la pupila de salida será de 4,2 mm.
Si la pupila de salida es menor que la pupila de quien usa esos prismáticos, esa persona verá muy oscuras las imágenes, aunque no será por falta de luz.
Campo de visión
Como en casi todas las opciones, los binoculares de larga distancia tienen sus ventajas e inconvenientes en el apartado del campo de visión.
Con ellos se podrán ver objetos muy lejanos con mucho detalle, pero será más complicado ubicarlos, ya que el campo de visión se estrecha a medida que crecen los aumentos de sus lentes.
En todo caso, más que un tema de ‘pros’ y ‘contras’, en este aspecto concreto se trata de gustos personales: tener más campo y encontrar fácilmente los objetivos; o tardar más en encontrarlos y verlos mejor y con más detalle.
Vibraciones
Más que una característica es un hándicap si no se toman las medidas correctas. Las vibraciones o movimientos de la imagen que estamos viendo, se perciben con mucha mayor intensidad cuando los gemelos tienen más aumentos. Y el mínimo movimiento puede provocar que pierdas de vista lo que estabas mirando.
La solución es sencilla: a partir de determinados modelos es casi imprescindible el uso del trípode.
Cómo se usan
Obviamente, el uso de prismáticos no requiere grandes conocimientos, pero no están de más algunos consejos generales.
-El primero es que, por su seguridad, resulta más que recomendable ponerles una cinta para evitar que se nos caigan. Igual que seguro acostumbramos a hacer con las cámaras fotográficas.
-Limpia las lentes. Si están sucias no hay nada que hacer. Y es importante limpiarlas con cuidado para evitar estropearlas. Existen paños y líquidos diseñados especialmente para limpiar lentes, y si tienes unos buenos prismáticos el gasto merecerá muy mucho la pena. Y no será alto.
-Ajusta bien la distancia para que se adapte de manera correcta de ojo a ojo. Al principio todos parecemos un poco patosos con los prismáticos y nos cuesta centrar la mirada. En muchos casos el problema es que no hemos ajustado bien la distancia entre ojos y así no hay quien enfoque.
-Busca el objetivo y enfoca de la manera más rápida si así lo requiere la situación. Ya avisamos que requiere un pelín de práctica, pero se aprende sólo y cada día nos costará menos.
Qué ventajas tienen
Los prismáticos de este tipo reúnen bastantes ventajas y un inconveniente principal: son más caros. Aunque sin excesos, porque hay muchos que son asequibles y de una calidad más que aceptable.
Las ventajas son:
-Mayor aumento: Sin duda, es la ventaja más notoria y el valor diferencial de este tipo de prismáticos.
-Sólidos: Por su material de fabricación y acabado, resultan muy resistentes en caso de caídas o incidentes propios del entorno exterior.
-Versatilidad: Se manejan con las manos, con el trípode cuando así lo exige la circunstancia, e incluso con terminales móviles conectados.
Qué tipos hay
Dentro de este apartado distinguimos dos en función de los prismas que incorporan: Prisma de porro y Prisma de techo.
Prisma de Porro
Debe su nombre al apellido del ingeniero italiano que lo inventó. Usan una óptica no lineal. Y a efectos prácticos, suelen ser más aparatosos y pesados. Pero el tamaño no guarda una correlación directa y obligatoria con el precio. Pueden ser muy grandes y, sin embargo, seguir siendo asequibles al bolsillo.
Precisan muy pocos tratamientos artificiales para transmitir la luz.
Prisma de techo
Son más compactos y ergonómicos, rectos y ligeros, pero como desventaja sobre los de Porro, transmiten peor la luz.
Para mejorar este hándicap, requieren más tratamientos artificiales que los anteriores, lo que se traduce en un mayor precio.
Qué tener en cuenta
Aumentos
Retomamos el consejo del inicio: no hay que comprar el que más aumentos tenga sino el que tenga los mejores aumentos en función de su apertura.
De este modo, la pupila de salida será la adecuada y la visión a través de ellos más luminosa y de mayor calidad.
Definición
Factor muy vinculado a la reflexión anterior. Muchos dispositivos usan de reclamo su potencia de aumento, pero no compensa si ésta va en detrimento de la nitidez y el contraste de la imagen.
Resistencia
Hay que tener en cuenta que el uso de este tipo de prismáticos se hace habitualmente en entornos naturales que pueden derivar en riesgos en caso de caída. Por tanto, la solidez del material de fabricación y el revestimiento son aspectos importantes.
Facilidad de uso
La traducción es la obtención del mejor ajuste de imagen en el menor tiempo posible.
Utilidad
Muy relacionada con un tamaño y peso. Salvo que la especificidad lo impida y exija aparatos grandes en trípode (muchos de los modelos astronómicos, por ejemplo), hay que buscar que se puedan llevar sin ser una molestia.
Óptima opción a muy buen precio: Slopehill 12×50
Buena visión, tamaño compacto y precio más que económico. Tres cualidades de primer orden que convergen en un modelo que cuenta con un gran respaldo por parte de sus usuarios.
Pese a los 12 aumentos, que permiten un buen campo de visión, su ligereza de peso evita uno de los mayores inconvenientes a la hora de usar este tipo de prismáticos, como es el movimiento de la imagen transmitido por el pulso.
No destaca por su material externo (que sí es antideslizante), pero su óptica cumple a satisfacción, siempre sin perder de vista el asequible desembolso que hay que hacer. Llevan protectores para las lentes y funda para guardarlos.
Resultan muy prácticos y fáciles de usar en cualquier salida. A ello ayuda que cuenta con una rueda para el enfoque que se desplaza de manera muy suave.
Por ejemplo, es una óptima alternativa para los aficionados a la ornitología o para acercar la imagen en grandes espectáculos públicos como el fútbol o el teatro. Solo dos opciones ya que resultan muy versátiles.
De línea clásica y muy eficaces: Slokey 10×50
Algo menos de aumento que el líder, un poco más caros y más grandes. Sin embargo, se trata de unos prismáticos muy sólidos que rinden muy bien en distintos ámbitos y que tienen un precio muy razonable.
Su diseño tira a clásico (a nadie le extrañaría ver a un general con ellos observando a sus tropas) y el comportamiento con poca luz es altamente satisfactorio.
Pese a ser de mayor tamaño todavía permiten un buen manejo manual, sin sin la necesidad imperiosa de recurrir a trípodes y sin que por ello el riesgo de movimiento de la imagen sea alto. Las vibraciones, con un pulso normal, serán mínimas.
Sin duda, una magnífica elección para aficionados. Y con un equipamiento que incluye, además de las protecciones para las lentes y el bolso para llevarlos, una buena cinta para pasar por el cuello y asegurarlos.
Para ver las estrellas: Celestron SkyMaster
Uno de los modelos específicos orientado a la observación astronómica. Su referencia 20×80 lo dice todo. Veinte aumentos y una lente gigante para lograr la mayor luminosidad y un enfoque lo más nítido posible en todo el campo de visión.
Como es lógico, por su tamaño y peso, este tipo de dispositivos precisa el uso de trípode para no perder la imagen y evitar los movimientos que se producirían de hacer un uso manual.
Recomendados especialmente para los muy aficionados a ver las estrellas y las constelaciones, siempre que además tengan margen económico, ya que estos prismáticos están muy por encima de la media en precio, aunque están por debajo dentro de su gama específica orientada a la astronomía.
No hay que olvidar que hay que sumar, sí o sí, un trípode si se les quiere sacar partido, y por tanto el desembolso sube.
Versátiles y muy luminosos: Bushnell Legacy WP
Una alternativa más versátil y mucho más cara para el ámbito de aficionado. Señalada su principal desventaja, pocas más hay o ninguna.
Excelente luminosidad y campo de visión para unos prismáticos que igual cumplen a satisfacción en la naturaleza diurna que viendo estrellas por la noche.
Por peso está justo en el límite entre manual y trípode y, por tanto, dependerá de la fuerza de agarre y el pulso del usuario.
Apenas llega al kilo, pero en sesiones largas puede llegar a cansar. Que se use o no un trípode dependerá mucho del tipo de observación. Si es astronómica resulta recomendable.
Otra dimensión: Canon 14×32 IS
Cerramos con un modelo al alcance de muy pocos bolsillos. Es tal su nivel, y su precio, que incorporan un estabilizador de imagen motorizado.
Gracias a este sofisticado mecanismo, se pueden usar durante tiempo sin problema alguno ya que al mínimo movimiento se estabiliza gracias a la función táctil de estabilización.
Para la observación de la naturaleza y los seres que la pueblan es difícil encontrar algo mejor. También es complicado encontrar en este ámbito un producto más caro.
Última actualización el 2024-10-07 at 03:20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Tabla de contenidos
- 1 Qué son y para qué sirven
- 2 Principales características
- 3 Cómo se usan
- 4 Qué ventajas tienen
- 5 Qué tipos hay
- 6 Qué tener en cuenta
- 7 Óptima opción a muy buen precio: Slopehill 12×50
- 8 De línea clásica y muy eficaces: Slokey 10×50
- 9 Para ver las estrellas: Celestron SkyMaster
- 10 Versátiles y muy luminosos: Bushnell Legacy WP
- 11 Otra dimensión: Canon 14×32 IS